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Los bienes muebles que resultaron dañados por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, suman alrededor de 6 mil, y entre éstos hay esculturas, murales, pintura de caballete, retablos, órganos, campanas y mobiliario histórico.
“Cuántos bienes muebles resultaron afectados es la pregunta del millón. Hay cifras aproximadas, la que se ha manejado públicamente es de alrededor de 6 mil. No tengo el número de cuántos han sido restaurados”, dice Salvador Camarena, coordinador operativo de la oficina de Sismos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Además de los bienes muebles, resultaron afectados 2 mil 340 inmuebles —edificios— catalogados por el INAH. Éstos últimos, se prevé que sean restaurados para 2021.
“No creo que la restauración de los bienes muebles nos lleve más años que los inmuebles. Cuando se hizo el censo de daños ante el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), también quedaron registrados bienes muebles, por eso no tenemos ningún empacho en decir que tenemos el dinero suficiente para restaurar todos los templos y lo que había en su interior, es decir, todos los bienes muebles. Lo que tenemos que tener es paciencia, hay un problema con la mano de obra. México no estaba preparado para esto y no hay tantos profesionales para que se hagan cargo del daño”, reconoce Camarena.
El caso peculiar. En la Parroquia de Santiago Apóstol , en Izúcar de Matamoros, Pueb la, estaba la escultura policromada del apóstol Santiago , montado sobre su caballo. En conjunto, ambas piezas medían cerca de seis metros de altura.
Tras el sismo del 19 de septiembre, la cúpula del templo cayó y aplastó la pieza, que data del siglo XVI. Por ello, el 4 de diciembre de ese año, fue trasladada a la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH. Desde entonces, un equipo de seis restauradoras, coordinado por Roxana Romer o, restauradora perito de la CNCPC, trabajan en ella.
La Coordinación había tenido contacto con la comunidad de Izúcar cuando en 2013 solicitaron la restauración de la escultura, pero no se definió nada. Tras el sismo, tuvo que ser intervenida porque pues sus piernas, cabeza, torso y brazos quedaron separados por completo.
“El primer acercamiento con la pieza consistió en sacarlo del templo e identificar qué material era parte de Santiago y cuál era parte del techo. A pesar del grave daño, vimos que la pieza estaba muy completa y que sí era posible revertir los daños”, dice la restauradora.
La obra fue elaborada con la técnica conocida como papelón , es decir, papel y caña de maíz , que se utilizaba para que la escultura pudiera salir en procesiones y que el peso no fuera un problema. En las esculturas de este tipo, el interior está hueco; la caída del techo del templo ocasionó que la escultura quedara comprimida.
Si bien la técnica de papelón está presente en varias piezas , en la Coordinación de Conservación —comenta Romero— nunca habían tenido oportunidad de conocerla “desde adentro”. Y explica: “Por primera vez la Coordinación se enfrenta a un trabajo así . Las extremidades, rostro y torso, están casi completos, el problema es su estado por los golpes, compresión y fracturas. Sí tiene pérdida en cuanto a decoración pero no es una pérdida significativa, su principal problema es que perdió la forma por completo”.
La restauradora Mariana Lemus actualmente trabaja en una de las piernas, así como en el rostro del Apóstol Santiago . El rostro —explica Lemus— llegó a la Coordinación con una fractura en la quijada, se le desprendieron ambas orejas, el ojo izquierdo “se volteó”; tuvo desprendimiento del cuello y en el cráneo tuvo una hendidura.
Lo primero que hicieron las restauradoras fue darle forma al cráneo. Luego el ojo fue retirado para ver si estaba roto o desprendido. Después se inició una búsqueda intensiva de los fragmentos. Pese a que han avanzado en la reconstrucción del rostro, aún en una mesa se ven fragmentos de esa parte.
“Poco a poco los fragmentos se han ido seleccionando para determinar si es de la barba o el cabello, por ejemplo. El rostro es muy importante porque por una parte es la conexión con la comunidad, y por otra se tiene que tener un orden, de lo contrario los fragmentos quedarán desafasados. (La cabeza de Santiago) tiene una parte que une con el cuello y el pecho, por ello tenemos que tener definido cómo entrará y que la dirección de cara y cuello sea la indicada”, comenta Lemus.
La restauradora enfatiza en que este trabajo es una especie de rompecabezas que se debe componer de manera meticulosa, por lo que al mismo tiempo trabajan en el torso, para que ambas partes “embonen” y no se pierda la estructura original.
Actualmente el rostro del Apóstol Santiago se puede reconoce r; sin embargo, aún hay partes en blanco que corresponden a fragmentos no fueron recuperados. “En esos espacios faltantes se coloca estuco. Es decir, ahora estamos pasando a la etapa del resane”.
Mariana Lemus
detalla que como parte del resane, trabajan en la colocación de policromía (pintado o decorado) y una vez que concluyan en la parte frontal, trabajarán en la posterior del cráneo; ya tienen ubicadas partes del cabello y cuello.
El torso. El pecho y espalda de Santiago es restaurado por Mariana Aguilar. Cuenta que esa parte del cuerpo quedó comprimido, “como un acordeón”. Al llegar a la Coordinación, las especialistas analizaron el torso y concluyeron que lo mejor sería trabajar por separado la policromía y la estructura interna.
“Esto nos llegó como un rompecabezas, tuvimos que separar todas las secciones. Luego identificamos qué teníamos, analizamos materiales para saber si lo que íbamos a utilizar funcionaría. Hemos recuperado la forma a partir de un procedimiento que nosotras desarrollamos. Para recuperarla, humectamos de gradual y lentamenta. Estamos aplicando injertos de papel japonés, que es el que tiene mayor coherencia con el utilizado en el siglo XVI”.
Tras concluir la recuperación del torso , serán adheridas las cañas que desde hace meses están en proceso de desinfección. Luego pondrán pasta de caña y al final la policromía. “La caña es de la región, para ello nos han ayudado pobladores de Izúcar, pero una vez que la traen, tenemos que seleccionarla. También intervienen biólogos que nos asesoran sobre los fumigantes. Hay que considerar que estos son materiales altamente higroscópicos, es decir, con la humedad reaccionan fácilmente, se expanden o se contraen. Dependemos del clima, porque si los humectamos tenemos que darles tiempos correctos de secado”.
En el proceso de restauración han identificado intervenciones no profesionales, sobre todo en un muslo, donde hallaron materiales poliméricos (polímeros sintéticos, de factura reciente); esto es un problema porque afecta la estructura original.
El devenir. Romero explica que el Apóstol Santia go es un conjunto escultórico, conformado por un cuerpo y un caballo . Sin embargo, el caballo no pudo ser recuperado . Estaba empotrado en una base de concreto, en el presbítero del templo, mientras que Santiago no estaba fijo, lo que provocó que se fuera de lado y no fuera pérdida completa. “Se hizo una valoración, y determinamos hacer una réplica del caballo —escultura tallada en madera— a partir de los fragmentos recuperados. La réplica tendrá las mismas características de color y tamaño, para que Santiago pueda ser colocado sobre el caballo. Estamos en espera de la asignación del recurso”, dice.
Roxana Romero recuerda que la restauración cuenta con recursos del Fonden. Agrega que es un trabajo que ha requerido varios estudios y metodología específica, así como paciencia.
“No tenemos una fecha (para concluir). Tenemos toda la voluntad de que se haga lo más pronto posible. La comunidad está muy sensible y deseosa de que Santiago ya regrese. Han venido de forma recurrente para ver cómo va. No podemos forzar el proceso porque pudiera ser contraproducente para la pieza”, sostiene Roxana Romero.
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