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La caja 1492 del Instituto Cervantes guarda desde hoy un "buen reloj suizo" que el historiador británico John H. Elliott compró en 1946 gracias a la "cantidad respetable" de dinero que ganó con los derechos de autor de su primera obra, el cuento infantil "La ardilla bocaditos", que escribió con 15 años.
La antigua cámara bancaria acorazada de la sede del Instituto Cervantes de Madrid fue testigo hoy de un emocionado Elliot que, tras introducir su legado en ese cofre -cuyo número coincide con el año del descubrimiento de América- exclamó: "Lo recojo dentro de 20 años", en concreto el 23 de junio de 2037.
Pero antes de este momento, el primer hispanista británico que deja un legado en el Cervantes explicó la "complicada historia" que ha llenado de motivos la decisión de legar el reloj suizo que lo acompaña desde que tenía 16 años. Una historia que comienza en 1945, el año del final de la II Guerra Mundial .
"Por aquel entonces era un alumno del King's College y uno de mis amigos se llamaba Julian Slade, quien tenía talento artístico. Los dos teníamos hermanos menores, él un hermano y yo una hermana y vimos que durante la guerra se publicaron relativamente pocos nuevos libros para niños debido, en parte, a la falta de papel para las editoriales", relató.
Al darse cuenta de esta realidad, ambos se pusieron a redactar, y Slade a ilustrar el cuento "Nibble the Squirrel" ("La ardilla bocaditos"). "Éramos perfectamente capaces de superar el nivel general y decidimos escribir un cuento para niños de unos 7 u 8 años, las edades de nuestros hermanos", relató.
El cuento aborda la historia de "una de esas ardillas rojas que todavía se ven en parques de Gran Bretaña y norte de Europa" que decide huir de las ardillas grises y marcharse al paraíso de las ardillas, "nada menos de Kensington Gardens". En su huida, el animal decide llevarse sus pocas pertenencias, entre las que se encontraba la más preciada, el cristal de la esfera de un reloj.
Una vez instalada en los jardines londinenses, y después de un tortuoso viaje, la ardilla se enamora de "una simpática ardilla roja hembra" con la que se casa y tiene una vida feliz. "Presentamos el texto a una editorial que, ante nuestra sorpresa lo aceptó en seguida y en 1946 se imprimieron 10 mil ejemplares del libro" recordó.
Con los derechos de autor de este libro, Elliott consiguió una "cantidad respetable" de dinero y durante su primer viaje al continente europeo, a Suiza, se compró un reloj como "recuerdo de la primera e inolvidable" obra de su vida de autor.
"Los tiempos y las personas cambian. Yo no soy la misma persona que escribía cuentos en 1946, pero tal vez se vislumbra en el historiador que hoy deposita este reloj algo de ese joven que en tiempos tan remotos se empeñó en narrar la historia de una humilde ardilla en busca de una vida más feliz", matizó el historiador.
Defensor de que la historia consiste en el "constante diálogo" entre "cambio y continuidad", Elliott (Reading, Reino Unido, 1930) afirmó que a día de hoy sigue "luchando, explicando y analizando" el cambio y la continuidad de la historia europea, americana y, "ante todo, española".
Algo que, en palabras del director del Cervantes, Juan Manuel Bonet, se quiere reconocer con este legado: "Queremos darle las gracias a los hispanistas de todo el mundo que nos han enseñado cosas sobre nosotros mismos".
Con el autor de obras como "El Conde Duque de Olivares" o "La rebelión de los catalanes: un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640)" el Instituto Cervantes pone en marcha también la "Tribuna del Hispanismo", un nuevo foro de debate en el que participarán destacados estudiosos de la cultura hispánica.
El primero de ellos se celebra hoy con el británico como protagonista, que estará acompañado por el también hispanista Trevor J. Dadson y por el exdirector del Instituto Cervantes Santiago de Mora-Figueroa.
nrv