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Las llamas han reducido a cenizas la memoria de la humanidad en varias ocasiones. El capítulo más reciente sucedió hoy cuando la Catedral de Notre Dame se vio afectada por un siniestro.
El incendio provocó la caída del pináculo de la catedral y aún se espera conocer más información sobre las afetaciones.
En septiembre de 2018 el fuego consumió cerca del 90 por ciento del acervo del Museo Nacional de Brasil, aunque se pudieron rescatar un meteorito y el cráneo de Luzia, uno de los restos humanos más antiguos de América.
El incendio habría iniciado hacia las 19:30 horas locales (22:30 GMT) a causa de un mal funcionamiento en una unidad de aire acondicionado.
Dos años antes, en Nueva Delhi, India, un incendio en el Museo Nacional de Historia Natural terminó con seis pisos de la pinacoteca. "Se trata de una pérdida incalculable", dijo Prakash Javadekar, ministro de Medioambiente de la India en esa ocasión.
La noche del 24 al 25 de agosto de 1992 sucedió uno de los crímenes que marcó la historia de la humanidad pues fue cuando se dio la orden de disparar proyectiles de fósforo sobre la Biblioteca de Sarajevo, en el cual desaparecieron más de dos millones de volúmenes, incluidos más de 700 manuscritos e incunables, una colección única de libros y publicaciones históricas bosnias y más de 155 mil rarezas bibliográficas.
Este crimen provocó que el 24 de octubre de 1997 se proclamara el Día Internacional de la Biblioteca para conmemorar la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo durante el conflicto de los Balcanes.
En 1986 la Biblioteca de Los Ángeles fue incendiada y con ello se perdieron un millón de libros. Las llamas arrastraron un "Quijote" de 1860 ilustrado por Doré, todos los libros sobre la Biblia, las biografías de la H a la K, teatro estadounidense y británico, así como todo Shakespeare.
La destrucción de la Biblioteca de Alejandría es otro de los siniestros que se suman a esta lista y que se volvió un símbolo cultural de la destrucción al tratarse del espacio más grande e importante del mundo antiguo.
nrv