Más Información
Migrantes de otras nacionalidades deben de ser repatriados a sus países, no a México: Sheinbaum; “no los vamos a dejar solos”, dice
Sheinbaum ofrece a migrantes acceder a programas de Bienestar ante amenaza de Trump; no ha tenido “mayor comunicación”
Sheinbaum responde a Trump tras advertencia de declarar cárteles como organizaciones terroristas; “no hay que engancharse”, dice
Implementa Gobierno operativo para combatir abusos contra paisanos; reconocen a héroes y heroínas migrantes
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizan un análisis microbotánico de cálculos dentales aplicados por primera vez a restos humanos teotihuacanos y mesoamericanos.
En la dentadura de la llamada “Señora del Barrio” se buscaron huellas microscópicas de fibras, almidones, polen y fitolitos de diversos alimentos y las conclusiones preliminares del estudio tienen que ver con el reconocimiento de fibras y estructuras celulares de maguey pulquero (Agave Salmiana).
Así como de otros alimentos derivados de esta planta, como aguamiel, pulque y la llamada ‘piña de maguey’, que actualmente se consume masticada. Si bien la ingesta de tal alimento en la ciudad prehispánica estaba referida por otras fuentes documentales y arqueológicas, no había sido comprobada a partir de la examinación y caracterización microscópica de sus remanentes.
La iniciativa, encabezada por el antropólogo físico Jorge Archer Velasco , de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) , y las investigadoras Julia Pérez Pérez y Carmen Adriano Morán , representa un primer vistazo a temas como las prácticas alimentarias, la disponibilidad de alimentos e incluso los hábitos de higiene que se tenían durante el colapso en Teotihuacan (entre los años 600 y 700 d.C.).
La osamenta de este personaje femenino, contextualizó la arqueóloga Julia Pérez , fue hallada en 2014 en el marco del Proyecto Arqueológico Barrio Oaxaqueño, a cargo de la doctora Verónica Ortega , cuyo descubrimiento llamó la atención por presentar modificaciones corporales, informó el INAH en un comunicado.
Respecto a la técnica de análisis microbotánico de cálculo dental, la investigadora refirió que a pesar de tratarse de un método novel para el área mesoamericana, ha abrevado de estudios previos hechos en otras partes del mundo.
El trabajo iniciado en 2016 con la “Señora del Barrio”, detalló, consiste en cinco aspectos: la preparación de las muestras del cálculo arqueológico; la observación con microscopio óptico y Microscopio Electrónico de Barrido (MEB); la obtención de muestras de plantas y alimentos contemporáneos.
Además de la comparación de los ejemplares antiguos y modernos y, finalmente, la interpretación de resultados para determinar, en caso de que se presenten coincidencias, si una planta fue consumida en el pasado.
Para obtener la muestra se usó un bisturí esterilizado en un espacio libre de aire y contaminantes para retirar segmentos mínimos —en promedio de 0.1 gramos— del cálculo dental, que es la “placa bacteriana mineralizada que se forma en la parte lingual o bucal de los dientes si no se tiene una higiene adecuada”.
Cabe destacar que ésta es la primera fase de un proyecto que busca identificar al menos cuatro elementos en el cálculo dental de la ‘Señora del Barrio’: fibras (ya trabajadas en el maguey), almidón, polen y fitolitos.
La doctora Julia Pérez indicó que el proceso tiene que ver con la búsqueda de fitolitos que evidencien la presencia de restos de otras plantas, como quelite, verdolaga, huazontle y romero, en la dieta teotihuacana.
Además de concluir que esta labor en proceso otorgará mayor información acerca de la vida cotidiana y alimentaria de la última fase de la Ciudad de los Dioses, la investigadora destacó que a partir del análisis de cálculos dentales puede indagarse en otros temas, como las enfermedades que un individuo tuvo a lo largo de su vida, mediante el estudio proteico de la placa dental.
nrv