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Un entierro de hace 2 mil 400 años que contenía los restos óseos de 10 personas que pertenecerían a los primeros aldeanos de la Cuenca de México fue hallado por investigadoras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un salvamento arqueológico que realizan en terrenos de la Universidad Pontificia de México.
De acuerdo con el INAH, el hallazgo, registrado a metro y medio bajo el sitio que ocupó el oratorio, constituye el primer entierro con tal cantidad de individuos, reportado para el periodo Preclásico en la Cuenca de México.
En un frente de excavación próximo a la barda de un terreno contiguo a la UPM, las arqueólogas Jimena Rivera Escamilla y Martha García Orihuela descubrieron el entierro múltiple en una fosa con 2 metros de diámetro. Se observan los restos de 10 individuos que debieron ser enterrados en un mismo momento, hace alrededor de 2 mil 400 años.
Las antropólogas físicas Lucía López Mejía y Sonia Rodríguez Martínez detallaron que hasta el momento se han identificado 10 esqueletos; se ha precisado que dos corresponden a individuos femeninos y uno masculino. En su mayoría son adultos jóvenes, también se encuentra un adulto, un infante que tenía de entre tres y cinco años de edad al momento de morir, y aparecen restos óseos de un niño de meses de edad. Las especialistas coinciden en que su acomodo apunta a un aspecto ritual. Al momento de disponerlos directamente sobre la tierra, los cuerpos de los fallecidos fueron “enlazados”.
“Tenemos diferentes deposiciones anatómicas: ventral flexionado, hiperflexionados con los miembros inferiores doblados hacia la pelvis, decúbito dorsal con los miembros hacia el abdomen, y un decúbito ventral extendido. Los cuerpos fueron enterrados ‘interactuando’ entre ellos, por eso hablamos de un mismo evento”, explicó Lucía López Mejía.
Junto a los restos se hallaron cajetes, cuencos, ollas y tecomates; a algunos les colocaron esferas cerámicas y piedras en las manos.
Estudios sobre los primeros asentamientos humanos al sur de la actual Ciudad de México se han revelado a partir de salvamentos arqueológicos efectuados en predios de calles como Benito Juárez y en los terrenos de esta universidad. El arqueólogo Alejandro Meraz Moreno había dado cuenta en 2006 de la existencia de restos de la aldea preclásica de Tlalpan.
Ahora, la arqueóloga Jimena Rivera Escamilla confirma su periodo de ocupación a lo largo de 500 años, en el llamado periodo Formativo Medio y Tardío. El INAH precisa que se trata de una de las aldeas establecidas al oriente de Cuicuilco, cuando éste iniciaba su crecimiento y cobraba relevancia a nivel regional.
Tras cinco meses de tareas, el equipo coordinado por Rivera localizó más de 20 fosas troncocónicas, casi todas en una misma área; seis contenían entierros individuales, en su mayoría de adultos.