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El arquitecto Felipe Leal impartió la tarde de este sábado la conferencia "Espacio público en el Centro Histórico" en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en el marco del Festival del Centro Histórico que concluye mañana domingo con un concierto a cargo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México en el Zócalo capitalino a las 18:30 horas.
Acompañado de la doctora Alejandra Moreno Toscano, Leal aseguró que los espacios públicos pertenecen a todos los ciudadanos y no pueden ser raptados por algunos sectores de la sociedad como los ambulantes, partidos políticos y sindicatos.
Leal es fundador de la autoridad de espacio público del gobierno de la Ciudad de México y fue secretario de desarrollo urbano, durante su gestión se desarrollaron obras de recuperación de espacios públicos como el corredor peatonal de la calle de Madero , la Plaza de la República, el Monumento a la Revolución y la recuperación de la Alameda Central.
En la conferencia que contó con la colaboración del Seminario de Cultura Mexicana, Leal ofreció al público detalles de cada uno de los proyectos de recuperación que se llevaron a cabo en el Centro Histórico como la Plaza Garibaldi, Paseo de la Reforma y la calle de Regina, los cuales modificaron el entorno y hoy gozan de la aceptación y apropiación de los ciudadanos.
De acuerdo con Leal, tras la recuperación de los espacios públicos se generó una gentrificación, es decir, un proceso de transformación de una colonia deprimida a una zona de moda habitada por clase la media alta y alta,
"Colonias como la Tabacalera, Roma, Condesa, Escandón, están en una centrilidad que es mucho más atractiva y las nuevas generaciones urbanas quieren vivir en este modelo. Lo que ha pasado es que se dio un encarecimiento de las propiedades, por ejemplo, en la calle de Madero las rentas por metro cuadrado crecieron exponencialmente. De modo que la gentrificación es un mal necesario y el problema es que no se ataca con políticas públicas coordinadas", indicó.
Para ejemplificar cómo deben operar las políticas públicas en zonas recuperadas, citó el caso de la remodelación de la Alameda Central que propició la salida de miles de ambulantes. "Mucha gente nos preguntó qué fue lo que hicimos con ellos, pues se llevó a cabo un padrón y se descubrió que sólo alrededor de 360 tenían derechos adquiridos con otras administraciones capitalinas, pero unos 600 no tenían ni residencia en la Ciudad de México. A los primeros se les dio un seguro de desempleo por un año para que buscaran una alternativa de trabajo, a los demás se les pidió que se retiraran porque no había compromisos laborales con ellos. Y para garantizar que no regresaran, se hizo un decreto de jardín histórico. El trabajo político que hubo detrás fue enorme", explicó.
La remodelación de la calle de Madero, dijo, también implicó muchas negociaciones con los comerciantes. "Fuimos con la Cámara de Comercio a presentarles nuestro proyecto, los fuimos convenciendo, por ejemplo los hoteles estaban muy renuentes, uno no quería porque decía que se obligaba a los turistas a caminar 70 metros de la avenida a la entrada. Se llegaron a acuerdos muy complejos, porque además también se tuvo que hablar con la burocracia de la ciudad, los de tránsito decían que todas las avenidas colapsarían, que habría choques con los trolebuses", dijo.
Por su parte, Moreno Toscano apuntó: "En el Centro Histórico los edificios estaban vacíos, así que fue una suerte que tras los cambios la gente deseara volver a habitar esa zona de la ciudad; en otras colonias hay edificios con viejas familias y lo que se necesita es que se puedan proponer mejoras de la mano de los vecinos, son ellos los que podría decir que sí les sirve y que no, así como qué cosas necesitan".
Añadió que las ciudades deben dar espacio a mucha más personas y deben responder a las necesidades de las nuevas generaciones que se apropian de los espacios públicos de manera muy diferente a años atrás.