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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
A primera vista, el panorama es desolador. Desde la calle Libertad esquina con 6 Oriente y luego donde hace esquina con 3 Norte, se puede ver un territorio devastado en su patrimonio histórico, religioso y civil. El Conjunto Conventual de Santa Clara tiene enormes daños, lo mismo que el templo de Nuestra Señora de la Merced cuya cúpula se vino abajo, tal como le ocurrió a la mitad del hotel artesanal Olinalá y a tres casas habitación que en la parte de abajo tenían rentadas bodegas y cafeterías.
A pesar de la devastación que se contabiliza en por lo menos 40 inmuebles históricos, registrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) —alrededor de 15 son de arquitectura civil— los habitantes de este Pueblo Mágico que colinda con varios municipios, entre ellos Santa Isabel Cholula, Ocoyucan, Huaquechula, Tepeojuma, Tochimilco y la ciudad de Puebla, lucha por seguir con su vida cotidiana y recibir al turismo nacional e internacional.
Los paseantes sigue llegando. Gente de turismo del ayuntamiento de Atlixco afirma que el número de visitantes se duplicó en buena parte porque durante diciembre se realizaron dos celebraciones tradicionales: la Fiesta del Huey Atlixcáyotl, que se pasó del 29 de septiembre al 10 de diciembre, y la Villa Iluminada, que se realizó desde la última semana de noviembre hasta el 6 de enero, y aunque no hay cifras recientes, aseguran que fue superior a los 700 mil visitantes de 2016.
Rutilo Rodríguez reconoce que la Villa Iluminada es una de las fiestas que más turismo atrae a Atlixco, pero ahora se duplicó “muchos dicen que los turistas vinieron por morbo para ver cómo había quedado el pueblo por el sismo, otros dicen que el turismo vino por solidaridad, quién sabe, pero la Villa del año pasado sí tuvo muchos más visitantes”.
Sea por morbo o por solidaridad, sea por salir adelante o por la necesidad de reconstruir la vida cotidiana y recibir el turismo, Atlixco ha recomenzado a normalizar su vida aunque las labores que se requieren en 40 inmuebles históricos serán intensas. Lograrlo no será fácil; otros templos muy afectados son la Parroquia de Nuestra Señora de la Natividad, en el mero Zócalo; el conjunto conventual de El Carmen, que era centro cultural y de convenciones; la Capilla de San Miguel, que se localiza en la punta del Cerro de Atlixco, y el Templo de San Francisco, en las faldas del mismo.
Tras el sismo del 19 de septiembre, los pequeños empresarios y habitantes de este pueblo poblano que se caracteriza por ser un lugar de visita de fin de semana de paseantes que llegan a hacer turismo en balnearios, aeródromos y centros de descanso de los alrededores, salieron de sus casas para recoger los escombros y recuperar el turismo. Lo han logrado.
“Sí, vemos el ejemplo de cómo están trabajando todas las instancias de gobierno y la ciudadanía; en el caso de Atlixco fue la famosa Villa Iluminada que se pudo realizar con todo el esfuerzo y estuvimos al pendiente. Es parte de la reactivación de la vida cotidiana y económica”, señala el arquitecto Rafael Barquero Díaz Barriga, del Centro INAH -Puebla.
Algo muy importante fue la reactivación de las circulaciones vehiculares y la apertura de edificios sin grandes daños porque las autoridades saben que el turismo es dinero que entra fresco y las poblaciones reactivan su economía. “De manera informal me hicieron un comentario los ciudadanos de que les había sorprendido que hubiera mucha más gente que en ninguna otra de las Villas Iluminadas anteriores, lo cual quiere decir que hubo un aumento de la visita turística en esta edición”, señala Barquero.
Pero la reconstrucción lleva tiempo y procesos. Ser pueblo Mágico implica responsabilidades y ser patrimonio histórico también. Eso no es fácil de comprender para la población. Una pequeña empresaria de pan integral de la calle 6 Oriente, lamenta estar en medio de la destrucción, su casa sufrió daños cuando el vecino tiró la construcción sin autorización del INAH y aunque le suspendieron la obra, el daño está hecho. También dice que no hay ventas, su panadería está frente a otra obra destruida y suspendida por el INAH. Ya nadie cruza la calle.
“El INAH te impide hacer cualquier cosa; yo lo que hice fue fortalecer mi casa, me hubieran dicho que no, pero qué puedo hacer, durante la Villa Iluminada es cuando se llena, ahorita ya vienen temporadas bajas y será hasta Semana Santa que se reactive”, dice el dueño de un estacionamiento en la calle Libertad.
El turismo no se detiene, dos chicos mochileros fueron Atlixco por solidaridad y se hospedaron en las habitaciones en pie del hotel artesanal Olinalá. Los trabajadores que rellanarán las grietas en la bóveda, cúpula y paredes del Conjunto Conventual de Santa Clara, dicen que ahorita el trabajo es mucho. Es patrimonio histórico religioso pero también arquitectura civil dañada que debe esperar la autorización del INAH.
“Estamos coordinados con el ayuntamiento, en algunos casos con el gobierno estatal para cuestión de inmuebles con calidad histórica y con servicios turísticos, y estamos dando a los habitantes toda la normatividad , se están iniciando reuniones con la ciudadanía para poder atender los casos, y haciendo recorridos de los más urgentes hasta los medios y entre unos y otros los que nos encontramos en camino también se atienden porque lo importante es que resolvamos el problema, no es de un día, pero estamos intentando resolver estos casos”, afirma Barquero Díaz Barriga.