Columnas del Palacio de Axayácatl, de los siglos XV y XVI, y una construcción virreinal del XVII fueron encontradas a tres metros de profundidad en donde actualmente está el edificio del Nacional Monte de Piedad, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a un costado de la Catedral Metropolitana.
Si bien se sabe que en el que fue el Palacio del gobernante Axayácatl vivió Hernán Cortés con sus huestes desde que llegó a Tenochtitlan, en 1519 y hasta el 30 de junio de 1520 —cuando huyó en la llamada Noche Triste, que se acaba de conmemorar—, los arqueólogos del INAH descubrieron un pórtico, un cuarto de la casa, así como altorrelieves y otras estructuras.
Los hallazgos fueron realizados por los arqueólogos Raúl Barrera y José María García Guerrero, como parte de un salvamento arqueológico, puesto que en el Nacional Monte de Piedad, ubicado en la esquina de la calle Nacional Monte de Piedad y 5 de mayo, se hacen trabajos de rehabilitación.
Además de estas obras, en el inmueble se realizan trabajos de restauración; ambas actividades son supervisadas por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, del INAH; sin embargo, a la par se desarrollan excavaciones por parte del Programa de Arqueología Urbana (PAU).
Sin embargo, no podían hacer el anuncio del descubrimiento, sostienen Barrera, porque eran necesarios diferentes estudios que confirmaran sus suposiciones.
“Nuestros trabajos tienen un proceso y hasta que ya contemos con los resultados y con datos, es cuando se dan a conocer, antes no se puede hacer. De hecho, se continúan con labores”, explica.
Profundo hallazgo
Los trabajos de rehabilitación del inmueble consistieron en la elaboración de 12 pozos en el patio central del Nacional Monte de Piedad, para reforzar sus columnas.
“Las columnas tenían algunos problemas estructurales, por lo que se hicieron los pozos para recimentar y así reforzar sus cimientos, pero al mismo tiempo se hicieron sondeos arqueológicos y encontraron evidencias de diferentes momentos, del siglo XX hasta el periodo virreinal temprano (1521-1620 d.C)”.
Se encontraron un pórtico que hoy se sabe que fue parte de la casa que ocupó Hernán Cortés y en un cuarto adyacente se encontró un muro “bien conservado” y hecho de sillares, es decir, bloques de piedra, de basalto y tezontle que son labrados manualmente.
La fundación de la ciudad se hizo a partir de la destrucción de los palacios existentes, “porque tenía temor a que se fuera a revelar la población”; sin embargo, Cortés decidió ocupar el mismo espacio que donde permaneció desde que llegó a finales de 1519 y hasta el 30 de junio de junio de 1520.
Hernán Cortés y Moctezuma II se encontraron por primera vez el 8 de noviembre de 1519, en lo que actualmente es el cruce de República de El Salvador y Pino Suárez, en el Hospital de Jesús. Desde entonces y junto con sus huestes, el conquistador habitó el Palacio de Axayácatl, ubicado donde hoy se encuentra el inmueble del Nacional Monte de Piedad, hasta la Noche Triste.
“Ahí ordenó construir su casa, trabajo que quizá hicieron los mismos indígenas, a partir de la destrucción del Palacio de Axayácatl y con las mismas piedras construyeron la casa de Cortés. En la parte superior de la esquina sureste está empotrado un relieve que es la representación Quetzalcoátl, y en el lado sur, la representación de un tocado de plumas. Pensamos que estos relieves formaron parte de un panel del Palacio de Axayácatl”.
Sin embargo, esa zona del inmueble también tendría otro aporte: el piso del Palacio de Axayáctl, que son lajas de basalto, es decir, “evidencias de la destrucción del mismo palacio, porque son bloques de los muros que fueron tirados”.
“Hay un hundimiento diferencial, por lo que hacemos excavaciones donde sabemos por medio de estudios, que no se afectará”.
Un futuro incierto
Actualmente en el sitio continúan los trabajos de restauración; y por lo tanto Raúl Barrera, responsable del Programa de Arqueología Urbana, señala que aún no se sabe qué pasará con esos vestigios.
“Estamos en proceso. Los trabajos no han concluido y seguimos llevando a cabo la supervisión arqueológica en el edificio y, una vez que estemos en posibilidades, nosotros vamos a seguir con las actividades. Ha habido buenas intenciones para que esto sea exhibido, pero por el momento no lo podemos saber, se determinará una vez que terminemos con nuestras actividades”, asegura.
Como los trabajos continúan, enfatiza Raúl Barrera, aún falta ver en qué otros puntos se debe excavar; aunque eso lo determinan las autoridades del Nacional Monte de Piedad.
“En arqueología tenemos tres modalidades de trabajo, una de ellas es la modalidad de rescate y salvamento, es decir, intervenimos cuando se está llevando a cabo una obra de carácter civil, como es la rehabilitación del edificio, y los pozos se hacen por las necesidades del proyecto, como es este caso”, dice el especialista, y agrega que, como parte de las excavaciones, se han encontrado algunos objetos que ya están siendo estudiados y que cuando éstos concluyan serán llevados a las bodegas del Museo del Templo Mayor.