El paro laboral de trabajadores del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC), exFonca, desde el 2 de mayo es por los compromisos incumplidos: la petición de hacer contrataciones de base y no como “proveedores de servicios” y la promesa de pagar en abril los salarios no cubiertos en lo que va del año. “En agosto del año pasado se dijo que se acordaría con la Secretaría de Hacienda la obtención de más recursos para que hubiera dinero necesario destinado a la apertura de plazas. Nos dieron largas y nos dijeron que quizá hasta junio habría una basificación en la Secretaría de Cultura. Otra promesa incumplida fue en diciembre, cuando terminó el contrato del año pasado nos dijeron que los pagos saldrían a más tardar el 30 de abril”, declaró un trabajador de la Secretaría de Cultura que, por seguridad, pidió anonimato.
El trabajador precisó que a partir del 30 de abril se empezó a pagar a una nómina de 100 personas, pero quedaron alrededor de 20 que no han recibido su salario en cuatro meses. “Hay otras que, además, han padecido las fallas del proceso de contratación desde la plataforma de Hacienda o de funcionarios que aún no ponen su firma electrónica.
“Tenemos un esquema que no es conveniente. Hay gente que lleva trabajando entre cuatro meses y 13 años con un esquema de contratación por honorarios. Eso es incertidumbre laboral porque nos pueden correr en cualquier momento. No tenemos ninguna prestación ni un esquema de salubridad”, indicó.
También detalló que hay falta de comunicación entre el director, Juan Carlos Gutiérrez Bonet, y la directora de Finanzas, Gabriela Roque. “Ella es apática, no tiene disposición para que las cosas salgan”.
El trabajador lamentó que de 2019 a 2020 se cambiara el esquema de los trabajadores como prestadores de servicios o Capítulo 3000. “Antes de ese esquema también se cobraba por honorarios, pero con el exFonca había aportaciones para el pago de servicios profesionales, recursos de años anteriores con los que nos pagaban mientras caía el presupuesto de Hacienda.
“El paro es un reclamo enérgico para hacer conscientes a los demás de cómo se trabaja no sólo en la Secretaría de Cultura, sino seguramente en otras instancias. No podemos trabajar con estas condiciones... Sólo pedimos un trato digno y condiciones laborales justas”, concluyó.