Nos cuentan que hay gran expectativa por los recientes acuerdos alcanzados por Enrique Márquez, en su gira por naciones europeas. El director ejecutivo de Diplomacia Cultural en la Secretaría de Relaciones Exteriores ha tenido unas semanas intensas, pero sin duda son en pro de la cultura mexicana y la proyección del país en el mundo. Después de que participó en la inauguración de Vida Americana, en el Museo Whitney de Nueva York, a don Enrique se le ha visto muy activo en Madrid, París y Budapest. En la capital española, el 24 de febrero, además de visitar exposiciones en el marco de la feria Arco, participó en el Grupo de Pensamiento y Trabajo para la Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo; ahí mismo acordó con la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, la realización de una Conferencia de Diplomacia Cultural Iberomericana, en octubre de este año. Su siguiente escala fue París, donde a finales de febrero asistió a la primera reunión preparatoria del encuentro científico cultural sobre Alzheimer que se realizará en octubre en París. Finalmente, hasta esta semana, anduvo en Budapest, para participar en la primera reunión preparatoria con la Association Synergie France Mexique, del encuentro científico/cultural sobre Alzheimer, que se realizará en octubre en París. En efecto, nadie puede poner en duda la trascendencia de los encuentros ni la urgencia de la presencia de don Enrique en cada uno ellos. Por otra parte, es claro que la austeridad no ha llamado a la puerta de Diplomacia Cultural de la Cancillería. ¿Seguiremos entonces con el proyecto del Pompidou?
