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El premio de fotografía Sony World Photography Awards causó polémica hace unos días al premiar la pieza Pseudoamnesia: The Electrician, hecha con Inteligencia Artificial (IA) por el artista alemán Boris Eldagsen, quien buscaba señalar que los concursos de fotografía no están listos para enfrentar esta nueva forma de crear imágenes. Pero la fotografía no es el único campo creativo donde se ha cuestionado el uso de la inteligencia artificial, sino también en las artes visuales. ¿La IA es una amenaza para algo tan humano como el arte? Especialistas y artistas en el campo reflexionan sobre los problemas con la IA y quiénes se ven afectados con su uso.
“La tecnología nunca debe de asustar al humano. Como un pincel o como una partitura, las nuevas tecnologías y la IA constituirán una parte nodal de las producciones de nuestros tiempos”, reflexiona Alfonso Miranda, historiador y director del Museo Soumaya.
Alguien que puede hablar sobre por qué el arte hecho con IA no es menos humano es Vicente Quesada (Ciudad de México, 1984), artista mexicano que ha expuesto en el Museo del Estanquillo, Salón ACME y Casa Lamm, pero que también estudió Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Monterrey e hizo una maestría en la Universidad de Sussex (Inglaterra) sobre Inteligencia Artificial. Lo que llevó a Quesada a ser artista es que en el arte encontró más libertad para experimentar sobre las posibilidades que tiene la IA.
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Entre sus obras más famosas está Critic, que consiste en una IA que evalúa los dibujos realizados por humanos.
“No es arte hecho por computadora, porque si fuera así, la máquina tendría que expresar algo sobre su mundo de computadoras. Es arte humano hecho con computadoras, los humanos expresamos algo que traemos dentro”, afirma Quesada.
Problemáticas
Pero donde sí podría afectar la IA es en los campos del diseño gráfico e ilustración, dice el científico Raúl Rojas, especialista en IA. “Con respecto al arte, no creo que las computadoras vayan a sustituir a los humanos. Pero donde sí hay un poco de problema es para los diseñadores gráficos, hay programas donde uno les pide una ilustración y las computadoras producen ilustraciones impresionantes. Uno sabe que hay una computadora detrás, pero al mismo tiempo sorprende la imaginación sintética que puede desarrollar para copiar estilos o producir imágenes que sí son utilizables en revistas o periódicos”.
La Inteligencia Artificial trabaja a partir de la recopilación de información que ya existe en Internet, por lo que sus resultados son una copia de varios elementos creados por humanos. Este aspecto llevó a finales de 2022 a que la comunidad de ilustradores mostraran su inconformidad ante el uso de aplicaciones que hacían retratos, y señalaban el aspecto del plagio.
Al respecto, el artista Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967) —cuyo arte siempre está en diálogo con la tecnología, como se ve en las obras Redundant Assembly y Thermal Drift Density Map— explica que pese a que la IA haga ese proceso de tomar referencias de otros archivos existentes, conocido en inglés como scraping, no se puede hablar de plagio como tal:
“Todos los artistas plagiamos, nos nutrimos de otros autores, artistas y obras y lo que hacemos es procesar este bagaje cultural para crear nuestras propias obras, por lo que para mí es una equivocación decir que es un plagio”.
Por su parte, Alfonso Miranda señala que no tendría cabida discutir sobre los derechos de autor en Internet, pues “es una contraposición difícil de regular y aunque han habido avances, va en un sentido contrario a lo que se apuesta que es la Internet”.
Sin embargo, Lozano-Hemmer sí apunta otra problemática, aunque señala que no será permanente: “Ningún archivo es neutral, tiene una serie de perjuicios, como de género. El 95% de las imágenes que existen en museos son de hombres, porque venimos de un patriarcado. Aunque ya vamos mejorando y se incluyen a más mujeres, las IA hacen uso de los archivos que existen y tienden a ser de hombres blancos colonizadores occidentales. Esto va a equilibrarse con el tiempo”. Bajo este panorama, Lozano-Hemmer declara que los artistas que usan IA deben interrumpir las predicciones que hace la IA y usar este “lenguaje” de forma crítica y poética y no con el fin de “ahorrar” procesos de trabajo.
“El problema más grande de la Inteligencia Artificial somos nosotros, porque somos los estúpidos artificiales, nos creemos lo que nos dice la computadora, sin entender que es un sistema estadístico de la realidad, que esa estadística está entrenada con archivos que no son representativos de la complejidad del mundo”, concluye.
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El panorama en México
Pero el uso de Inteligencia Artificial no es una novedad, de hecho, Rafael Lozano-Hemmer lleva trabajando con ella más de 20 años, lo que lo lleva a opinar que no se puede hablar sobre si México está al día o atrasado en ese campo, pues a nivel mundial todos los artistas que trabajan con IA son “pioneros”.
Sobre el panorama nacional, Adriana Malvido, periodista que ha documentado la unión de tecnología y arte en el libro Por la vereda digital, considera que en la actual administración no ha habido un impulso en esta área creativa.
“¿Se está invirtiendo lo suficiente? Es muy importante que haya un apoyo, como lo había entonces, pero ahora no (lo hay) porque se han recortado los presupuestos en todos los niveles. Creo que no hay tanta difusión”, asegura Malvido.
Para concluir, Miranda dice que hay variedad de proyectos, pero independientes. “Desafortunadamente el Estado, desde la Secretaría de Cultura y el INBAL, están haciendo poco o prácticamente nada al respecto”.