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antonio.diaz@clabsa.com.mx
El Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso es una construcción barroca de cantera realizada entre 1767 y 1772 por el arquitecto mexicano Francisco Antonio de Guerrero y Torres, que en los últimos 135 ha pertenecido al Banco Nacional de México —conocido comercialmente como Citibanamex—. Ahora, la institución bancaria trabaja en las adecuaciones para convertir el espacio en el Foro Valparaíso. Emprendimiento, Innovación y Cultura.
El inmueble, ubicado en el Centro Histórico (Isabel la Católica 44, esquina con Venustiano Carranza), había sido espacio para oficinas desde 1882. En su nuevo perfil, tendrá 22 salas y un foro donde se realizarán talleres de innovación del sistema bancario y de emprendimiento, actividades destinadas principalmente para jóvenes.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Alberto Sarmiento, director de Valparaíso, explica que “es una de las joyas de la arquitectura civil virreinal” y que comenzará actividades con una exposición sobre la historia de la pintura en México, integrada por piezas pertenecientes a Citibanamex (Banamex fue fundado el 2 de junio de 1884 tras la fusión del Banco Nacional Mexicano y el Banco Mercantil Mexicano).
“Uno de los objetivos es poner a disposición la gran colección de arte que el banco tiene desde su fundación. La colección estará de forma permanente, será gratuita, y con un guión en el que se entienda el fondo que tiene la colección y la importancia del edificio en el marco de un foro, espacio de comunicación con las comunidades. La exposición permanente estará integrada por una selección de 114 obras”, dice Sarmiento.
Las 114 pinturas estarán distribuidas a lo largo de 14 de las 22 salas nuevas, en las que se podrán apreciar obras de autores como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Rufino Tamayo, José María Velasco, Eugenio Landesio, Julio Ruelas; así “como algunas de las pintoras importantes en la historia”, como María Izquierdo, Eulalia Lucio, Leonora Carrington y Remedios Varo, entre otras.
“En la exposición habrá obras de todos los pintores y pintoras importantes de la historia de la pintura en México. Además estarán presentes pintores viajeros, porque el banco fue el primer coleccionista que se dio a la tarea de recuperar y de hacer públicas las obras de pintores como Daniel Thomas Egerton y Johann Moriz Rugendas (conocido como Mauricio Rugendas), por ejemplo. El espectador encontrará una enorme variedad con una selección y explicación que le permitirá ver cómo se fue construyendo la historia de la pintura en México desde la perspectiva de una colección privada institucional”, adelanta el director de Valparaíso.
La exposición, que aún no tiene fecha de apertura, abarcará obras desde el siglo XVII, alrededor de 1620, con unos enconchados de Miguel González, hasta 1970, aunque también habrá algunas obras del siglo XXI como Los sueños de un pueblo, de Rodolfo Morales.
Artesanos emprendedores. En el Foro Valpaíso. Emprendimiento, Innovación y Cultura, dice Alberto Sarmiento, habrá 10 experiencias; una es la exposición de la colección de arte con la historia de la pintura en México, y a futuro se tienen contempladas exposiciones temporales sobre artesanos, entendidos como emprendedores, y sobre programas de atención y cuidado para combatir la extinción de especies, así como muestras relacionadas con compromiso y emprendimiento.
“El Foro Valparaíso será un lugar de intercambio de ideas y experiencias, más allá de la presencia de la colección y del tesoro que significa el propio edificio, habrá una oferta basada en actividades con las que quedará claro el compromiso del banco con México, actividades alrededor de experiencias interactivas sobre innovación en el sistema bancario. En el medio y largo plazo tendremos un laboratorio de emprendimiento para que jóvenes entre 14 y 24 años tengan acceso a una experiencia en la que podrán autodiagnosticarse como emprendedores y recibirán orientación e incluso participación en talleres de educación financiera para el emprendimiento, además del emprendimiento social, innovación digital y otros temas”, comenta Sarmiento.
La historia del inmueble. El Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, dice Xavier Cortés Rocha, doctor en Arquitectura por la Facultad de Arquitectura de la UNAM, fue realizado entre 1767 y 1772, por Francisco Antonio Guerrero y Torres, “un notable arquitecto de la segunda parte del siglo XVIII, fue el último de los grandes barrocos”.
El profesor emérito de la UNAM comenta que en un inicio, los dueños del inmueble fueron Don Miguel de Berrio, que era el Marqués del Jaral, y su esposa.
“Las casas nobles de la Nueva España eran muy complejas, porque los propietarios tenían alojado en el propio palacio a su familia, a sus empleados y a su servidumbre, con toda la cuestión de caballos y demás. En muchos casos tenían las llamadas ‘accesorias’, que eran espacios abiertos al exterior donde se alojaban talleres o tiendas, y donde vivía y trabajaba mucha gente. Sin embargo, esta casa desde el inicio tuvo varias particularidades; Guerrero y Torres hizo varias casas señoriales y ésta tiene características especiales, una es la solución del patio principal, que tiene unos grandes arcos que van de muro a muro y se cruzan unos con otros, algo que le da una imagen especial a la planta baja del Palacio”, dice Cortés Rocha.
Otra particularidad del inmueble es una “doble escalera de caracol”, para que las personas no se cruzaran entre sí, pues “una estaba resuelta para que la usaran los criados y llegaba al entresuelo, que eran las habitaciones de los empleados; mientras que la otra llegaba arriba, que eran las habitaciones de los dueños o de sus visitas. Esa escalera es única en nuestra arquitectura. Además, el palacio tenía dos cúpulas, una cubría la doble escalera y la segunda estaba sobre el oratorio”.
La construcción el Palacio se caracteriza también por el pretil (elemento arquitectónico utilizado para evitar caídas) o “barandal” de hierro, algo “único porque por lo general las construcciones de la época tenían pretiles de mampostería. Tiene almenas (bloques de piedra), pero entre una y otra tiene sus barandales de hierro forjado. El barandal es único de la época”.
Para la construcción del Palacio fueron utilizados materiales regionales, pues “todas las construcciones en la Nueva España tenían el mismo sistema constructivo, eran muros de mampostería, es decir piedra y cal. Para los pisos y los techos eran vigas, si eran sencillas eran de pino, si eran más elegantes, de cedro blanco. Las azoteas tenían tierra y un enladrillado impermiabilizado con jabón y alumbre. La piedra era traída de los sitios volcánicos de alrededor; el tezontle, de la Sierra de Santa Catarina”.
Un nuevo espacio. Xavier Cortés Rocha cuenta que el Palacio en un inicio fue de vivienda, luego fue rentado para distintos fines hasta que lo adquirió el Banco Nacional de México. “El inmueble tiene un valor histórico muy importante, porque es de los principales palacios nobiliarios de la Ciudad de México. Fue alterado en alguna época cuando lo compró el Banco porque originalmente era de tres pisos: la planta baja, el entresuelo y la planta noble. Cuando lo adquiere el banco, suprimen el entresuelo y queda una planta baja muy alta y la planta noble, esa modificación afectó la fachada que debería reflejar tres niveles y hoy refleja dos. Quizá la última gran modificación fue la de Teodoro González de León, que hizo una ampliación hacia el oriente. Fue muy afortunada; debió ocurrir hace 30 años, tiene el mérito de usar elementos de la fachada que se combinan sin copiar los elementos del palacio viejo”.
Para esta nueva etapa el inmueble atraviesa desde hace un año por una serie de adecuaciones para colocar iluminación, control de temperatura y humedad y detección de humo.
“Las adecuaciones han sido el tema central durante el último año. Hay una restauración del edificio en la parte interior para poderlo modernizar tecnológicamente pero respetando sus elementos estructurales. Los trabajos se han hecho en colaboración y supervisión constante del INAH. Hemos respetado los elementos del edificio, la gente verá cómo era la casa cuando el banco decidió cambiarla de su función tradicional. Es como si en el cuerpo antiguo tuviésemos un cerebro moderno”, detalla Alberto Sarmiento.
Además del Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, Citibanamex cuenta con otros inmuebles virreinales; sin embargo, el Alberto Sarmiento indica que todos los edificios “quizá este sea el más sensible porque es un tesoro poco conocido por la población y porque es el lugar donde se creó la propia institución. Construiremos capacidades de generación, bienestar, a través de la mentalidad emprendedora y de la percepción de que emprender no es sólo poner una empresa sino es transformar el entorno, es decir, se trabajará con las comunidades vulnerables de la Ciudad de México y también será sede de talleres que se podrán llevar a otros lugares de la República”.
Este mes comenzará un proceso de apertura parcial del foro, que dialogará con el Antiguo Palacio de Iturbide-Palacio de Cultura Citibanamex, aunque “cada uno tendrá su función pero complementaria”.