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Por la tarde, la entrega de la Medalla Bellas Artes reunió a un diverso grupo de figuras que han aportado en la construcción de la cultura mexicana: los arquitectos Óscar Hagerman Mosquera, Valeria Prieto López y Alberto González Pozo, la curadora Miriam Kaiser, los artistas plásticos Mónica Mayer y Arnaldo Coen, así como el abogado Jorge Sánchez Cordero.
La entrega de las preseas a los campos de Artes visuales, Patrimonio y Arquitectura es para reconocer “a quienes han enriquecido y a quienes han sido protagonistas de etapas fundamentales de la cultura de México”, dijo Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Jiménez destacó los aportes de cada uno de los galardonados, como Coen, pintor del movimiento de la Ruptura; Mayer, como pionera del arte feminista en América Latina; Prieto, a quien llamó pionera del rescate de la arquitectura regional; o a Sánchez Cordero, un “artífice de la ley de derechos culturales”, ámbito que “no había sido reconocido” en las preseas, dijo la funcionaria.
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Óscar Hagerman Mosquera, quien no estuvo presente en la ceremonia porque se encuentra en Madrid, envió un mensaje a través de su hijo Lorenzo: “La arquitectura es de servicio, no de elitismo”. El arquitecto hizo un llamado a apostar por una arquitectura flexible que se ajuste a las necesidades de los usuarios y que se acomode a los cambios. “Creo que de este modo podemos hacer arquitectura para todos. No hacemos proyectos para lucirnos nosotros, sino para los demás”, declaró el premiado.
El abogado Sánchez Cordero dijo que actualmente la narrativa jurídica, necesaria para la cultura, está siendo revalorizada por el Estado. “El camino ha sido arduo (...). Estamos de pie, con la frente en alto, porque creemos en la causa y que el patrimonio mexicano merece mucho más. A eso he dedicado mi proyecto de vida y así he de morir”, dijo en su discurso.
“Mi madre sufre de Alzheimer desde hace 3 años. Ella ha perdido varias décadas de su memoria en la vida. Es muy fuerte, pero sé que este reconocimiento tan merecido lo va a recibir con mucho gusto y emoción”, dijo Berenice, hija de la arquitecta y exfuncionaria Valeria Prieto López.
Jorge Sánchez Cordero fue reconocido durante la ceremonia Foto: INBAL
Por su parte, Arnaldo Coen ofreció un breve discurso para agradecer a su cómplice y “coautora de prácticamente todo”, su esposa, la galerista Lourdes Sosa. Mientras que la artista Mónica Mayer, quien asistió a la ceremonia que apoya a La Glorieta de las Mujeres que Luchan -lugar de memoria para las mujeres desaparecidas y antes Glorieta de Colón- dijo que el hecho de que una artista feminista sea reconocida hoy, es gracias por el trabajo de otras mujeres, como historiadoras e investigadoras.
Por último, la curadora Miriam Kaiser se dijo impresionada por la trayectoria de todos los galardonados que la acompañaron en la ceremonia.
“Yo he sido una titiritera, alguien que trata que sucedan las cosas. Es algo que siempre traté de hacer, porque este país está lleno de cultura y arte, que no ha sido tan apreciado. Aquí recuerdo una frase de Javier Barros: ‘se acabó el dinero, que empiece la imaginación’. Siempre hemos vivido inventando, haciendo e imaginando cómo se deben hacer las cosas. El dinero ha sido escaso”, recordó Kaiser, exdirectora del Museo del Palacio de Bellas Artes, y agregó sentirse privilegiada por “haber puesto una pequita para este país que produce tantas artes”.
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