Del día en que Amparo desapareció, a Mamá Flor sólo le queda el vestido de retazos que le cosió todo manchado de sangre; y desde esa época guarda un cartel quebradizo que data de 1976, donde aparece la foto de Amparo junto con la de otros 24 jóvenes que eran buscados por pertenecer a. Ese episodio violento que arranca en 1973, cuando un profesor trata de disuadir que sus estudiantes entren a la guerrilla, se alterna con los hechos violentos de 2019, en el Guerrero del siglo XXI, pero tan violento o más que el de los años 70. Sobre esas dos historias paralelas transcurre "La sangre desconocida" (Alfaguara), la nueva novela de (Torreón, 1977) que habla de la identidad de la violencia, la ilegalidad, la impunidad y siempre de la sangre.

¿Querías una exploración de nuestras violencias?

Es una gran exploración de esas grandes zonas oscuras que hay en nuestra historia reciente, a medida que va pasando el tiempo vamos viendo cómo las llamadas verdades históricas se desmoronan y entonces ¿qué hace uno con lo que había antes?, tratar de construir el rompecabezas de otra manera, entonces justamente por eso la novela tiene ese carácter fragmentario que invita al lector a involucrarse, a participar de manera muy activa en la lectura, ¿cómo se relacionan las distintas líneas de la novela que en principio parecen no estar ligadas en absoluto y en la medida que avanza la lectura uno va descubriendo que sí hay vínculos y versiones subterráneas que establecen un tejido? La materia es justo nuestra historia reciente y la manera cómo nuestra historia se entreteje también con la historia de los países vecinos.

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¿Un tejido social teñido de sangre?

Quería que al final se formara un tejido, esa memoria colectiva es un tejido, pero es un tejido que aparece manchado de sangre, porque en esas luchas hubo gente que perdió la vida y que a veces quedó silenciada, en la sombra, que no dejan de ser hechos de sangre, manchas que de alguna manera tenemos que asumir. No se trata de darle carpetazo al expediente, no se trata de decir “aquí no pasó nada”, sino de decir “¿cómo nos replanteamos nuestra historia?” Creo que si algo me interesaba dejar claro, sin caer en moralejas, porque soy enemigo de las moralejas en la literatura, era reflexionar sobre el hecho de que nuestro presente está siendo negociado continuamente y con el presente también renegociamos el pasado.

Un pasado y un presente de sangre ¿el futuro apunta a ser igual?

La sangre es un elemento simbólico a lo largo de la novela porque funciona también en nuestras vidas de manera simbólica, es uno de los elementos centrales. Uno de los personajes reta a otro y le dice: “Te reto a que pases un día sin pronunciar, sin leer, sin escuchar la palabra sangre”, porque es verdad, vivimos alrededor de la sangre y sus connotaciones son muy distintas, pero en México pareciera que no sólo está en el pasado reciente, sino en nuestra historia. Otro tema muy ligado con la violencia es nuestra idea de legalidad, solemos asumir que las leyes están escritas en piedra, que son inmutables, y quizás uno de los aspectos más cambiantes es justamente nuestras legislaciones, cosas que ayer eran ilegales hoy son perfectamente legales y viceversa. ¿De qué va a depender eso? Lo estamos viendo en debates muy concretos, tenemos debates sobre el aborto, el género, la migración; hay cuestiones que tienen que ser muy revisadas y se tienen que crear andamiajes, y eso nos corresponde a nosotros porque en eso se sustentan nuestras vidas y de nuestros hijos.

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¿Aquí hay una gran presencia de las mujeres?

La disyuntiva era ¿cómo avanzamos hacia las sociedades que queremos?, hay dos vías: las herramientas legales, hay herramientas para quien no está de acuerdo y le queda la desobediencia civil, y hay quien dice que eso no es suficiente, que hay que tomar maneras más radicales. Reconocer que ha habido generaciones que se han involucrado a fondo en estas luchas, y en esas luchas las mujeres han sido decisivas. Las mujeres han sido ensombrecidas, silenciadas u olvidadas sistemáticamente como en la Liga 23 de Septiembre y otros movimientos sociales de nuestro pasado reciente; documentando la novela dí con listas de decenas de muchachas que se incorporaron al movimiento, rompían con sus familias y no se volvía a saber de ellas. Por ahí va el título de La sangre desconocida, hay leyendas sobre guerrilleros y líderes estudiantiles, pero sobre las mujeres hay silencio. Ese también es un gran pendiente histórico.

"Las llamadas verdades históricas se desmoronan y entonces ¿qué hace uno con lo que había antes?, tratar de construir el rompecabezas de otra manera”

"Por ahí va el título de La sangre desconocida, hay leyendas sobre guerrilleros y líderes estudiantiles, pero sobre las mujeres hay silencio. Ese es otro gran pendiente histórico”

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