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¿Hasta qué punto la tecnología reemplazará a las personas? Esta es una interrogante que aparece cada vez que se habla de inteligencia artificial, una pregunta que no deja de ser significante cuando se habla del arte, de la escritura, de la creatividad, áreas que hasta hace poco eran meramente humanos.
Pero, ¿será posible que las máquinas lleguen a superarnos en este ámbito o simplemente redefinirán nuestros roles? El novelista americano Robin Sloan optó por experimentar y desarrollar un software de aprendizaje automático, que permite mezclar su propia creatividad con una máquina que complementa sus oraciones, enriqueciéndolas.
Sloan, autor del libro "La librería 24 horas de Mr. Penumbra" que fue bestseller de The New York Times el 2012, creó un sistema que continúa sus frases: el escritor introduce el inicio de una oración y cuando presiona la tecla Tab, el computador le da una sugerencia de cómo continuarla. Su mecanismo no se clasifica como inteligencia artificial, ya que el computador extiende sus propias palabras luego de un proceso de aprendizaje, en el que el escritor le agregó al software una base de datos de libros.
A partir de eso el sistema "crea" frases al generar nuevas combinaciones de palabras. "Construir esto se sintió como jugar con Legos, excepto que en lugar de ladrillos de plástico estaba reuniendo bloques convenientemente empaquetados de intelecto y esfuerzo humanos", explica Sloan en su página web.
El autor relaciona la forma de operar del software, con la manera en que el ser humano construye sus propias creaciones. "A lo largo de los años he leído incontables libros y palabras que quedaron guardados en mi cerebro y se mezclaron de maneras desconocidas e impredecibles, y entonces se producen ciertas cosas", dijo Sloan a The New York Times.
"El resultado no puede ser sino un derivado de esa materia prima", agregó el norteamericano. Sin embargo, el autor no planea que todo su libro sea escrito de esta forma, sino que está utilizando el software para uno de los personajes de la novela que está escribiendo, una computadora de inteligencia artificial que ocupa un rol importante en la narración . Sloan, no obstante, no es el único que ha experimentado con este tipo de tecnología.
Hace 25 años, Scott French intentó imitar cuentos de Jacqueline Susann utilizando un sistema parecido, lo que finalmente le llevó ocho años para terminar la obra y no tuvo el mismo éxito de ventas de los que tenía la escritora, sostiene The New York Times. Lo que sí es un hecho es que cada vez hay más iniciativas que experimentan en el área de la creatividad humana con tecnologías, y que permiten, una vez más, preguntarse hasta qué punto las máquinas reemplazarán las expresiones humanas.
akc