El Nobel de Química premió ayer a los estadounidenses David Baker y John M. Jumper y al británico Demis Hassabis por descifrar el código de las estructuras de las proteínas a través del uso de la computación y la inteligencia artificial (IA).

Hassabis y Jumper utilizaron la IA para predecir la estructura de casi todas las proteínas conocidas; Baker desarrolló métodos computarizados para crear proteínas que no existían y, en muchos casos, con nuevas funciones, señaló la Real Academia de las Ciencias sueca.

Sus hallazgos permiten una mejor comprensión de las funciones vitales humanas, entre ellas el por qué de algunas enfermedades y la forma en que ocurre la resistencia antibiótica; así como la creación de nuevos nanomateriales, minisensores y una industria química menos contaminante, además de la aceleración en el desarrollo de vacunas.

Las proteínas son las moléculas que hacen posible la vida; los ladrillos que forman los huesos, la piel; los motores que impulsan nuestros músculos; las máquinas que leen, copian y reparan el ADN; las que mantienen nuestras neuronas y cerebro listos, los anticuerpos que permiten nuestra respuesta inmunitaria. Así lo resumió Johan Aqvist, de la Academia para explicar el premio. Agregó que “para entender cómo funciona la vida, primero hay que comprender la forma de las proteínas”.

El experto indicó que el premio de este año “ha abierto un mundo completamente nuevo de estructuras de proteínas: Unas que se sabía que existían, pero no cómo eran, y otras que se diseñan desde cero, que no existen en la naturaleza, pero que pueden hacer cosas maravillosas”.

Baker, que intervino por teléfono en la rueda de prensa, se dijo “profundamente honrado” por el galardón y entusiasmado por “todas las formas en que el diseño de proteínas puede hacer del mundo un lugar mejor”, por ejemplo en el ámbito de la salud o la medicina.

Y en una rueda de prensa junto a Hassabis en Londres, Jumper consideró que este premio “representa la promesa de la biología informática”. Ambos dirigen Google DeepMind, y desarrollaron un nuevo modelo de IA en 2020 llamado AlphaFold2 para determinar la estructura de las proteínas.

“Queremos hacer del mundo un lugar mejor y disponemos de herramientas increíblemente potentes para ello. Vamos a terminar siendo capaces de hacer que la gente esté sana gracias al trabajo que hacemos con la IA”, añadió.

Su trabajo, explicó Hassabis, podría ayudar en el descubrimiento de medicamentos, al recortar el tiempo de trabajo “en cerca de una década o más a (...) tal vez algunos meses”. (Agencias)

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