Mañana serán depositadas las cenizas de Octavio Paz y de Marie José Paz, su esposa, en el Memorial que en su honor realizó Vicente Rojo en el Patio de Pasantes del Colegio de San Ildefonso, y a partir del viernes se organizarán tres intensas jornadas de actividades en honor del importante poeta y pensador mexicano, con destacados estudiosos de su obra; sin embargo, lo que podría ser una conmemoración para echar todas las campanas al vuelo nace desdibujada, casi muerta, porque no hay ninguna difusión de todo esto. ¿Cuál es la razón de tal hermetismo? Hasta ahora no lo sabemos. No es ningún secreto que a Octavio Paz se le considera desde Palacio Nacional como el Santo Patrono del grupo “conservador” que atacan un día sí y otro también desde la conferencia matutina. ¿Será quizás que esa es la razón para la grosería, desprecio y ninguneo que le hacen al Premio Nobel de Literatura? Para cualquier gobierno sería un privilegio que cayera en sus manos tal acontecimiento. En Colombia, por ejemplo, fue casi una fiesta nacional la llegada de las cenizas de Gabriel García Márquez a Cartagena y se alista otro gran acto para la llegada de las cenizas de su esposa, Mercedes Barcha, pero en México parece que no importa el acto conmemorativo en honor a Paz. Ahora bien, si hay alguna razón notarial o legal en la que se fundamente este silencio, pues cualquiera de las tres mandantes del Colegio de San Ildefonso podría explicarlo y no pasa nada... pero no, optan por callar. El pueblo de México, que es el que va a recibir la herencia material e intelectual de Octavio Paz, tiene derecho a saber qué es lo que está pasando. ¿O no?
¿A quién quiere engañar Romero Tellaeche?
José Antonio Romero Tellaeche, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) impuesto por María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, intenta tapar el Sol con un dedo, pues afirmó en repetidas ocasiones en una entrevista con John Ackerman —su cuate de la 4T— que en el CIDE todo va viento en popa, que hay mucho diálogo con toda la comunidad cideíta, que no hay conflicto, que su nombramiento fue legal y que aunque sí hubo protestas, fueron hechas sólo por minorías. Aunque al funcionario se le olvidó mencionar el acoso en contra de un alumno que lo llamó espurio o cómo con ayuda del Conacyt modificaron el Estatuto General del CIDE en medio de procedimientos irregulares, pero eso no es todo, pues ayer, los integrantes del Sindicato del Personal Académico del CIDE protestaron afuera de la oficina de Romero, le pidieron el acta de su nombramiento que debido a las irregularidades no se ha hecho pública y amenazan con irse a huelga si no se respeta su contrato colectivo. Ya veremos cómo evoluciona la bola de nieve en la que se ha convertido el CIDE.