“Tenemos que trabajar en un nuevo modelo de creadores”, aseguró el economista Ernesto Piedras durante el conversatorio “La cultura y la creación artística en tiempos del Covid-19 : Las industrias creativas en México”, pues tras esta crisis provocada por la pandemia dijo que será imposible “regresar a ese modelo dependentista tan viciado que teníamos hacia lo estatal, porque lo estatal parece ya no estar ahí. Le construimos un marco institucional, un corpus que no han sabido manejar y que dan tres pasos atrás y que no saben empujar las políticas, ni construir las políticas”.

Durante el encuentro organizado por EL UNIVERSAL y el Seminario de Cultura Mexicana , Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Alberto Ruy Sánchez, director de la revista “Artes de México”; Dolores Beistegui, directora de Papalote Museo del Niño; y el economista Ernesto Piedras, moderados por Gerardo Jaramillo, secretario del Seminario, analizaron el impacto de la crisis en tres industrias culturales: una feria, un museo y una revista, pero que engloban la situación de la industrias culturales del país.

El economista dijo que hay que abandonar el término industrias culturales y cambiarlo por “economías basadas en la creatividad”, pues aseguró que la creatividad es parte de una cadena productiva que se está reconfigurando, “debemos dar un nuevo tratamiento porque el que teníamos antes de marzo ya no existe”.

Ernesto Piedras dijo que no hay una crisis en el sector, sino que son tres o cuatro crisis: está la crisis de recesión desde 2019, la crisis generada por la pandemia que derivó en una crisis económica, la crisis estructural que vive el sector de la cultura y la creatividad, y la crisis de la evolución a la “nueva anormalidad, porque tenemos que operar diferentes”. Y adelantó una actualización. Señaló que hace cinco año la cultura representaba el 7.4 del Producto Interno Bruto, pero en este momento bajó al 5% porque no se está monetizando la cultura.

“La política cultural integral puede ser esa puerta de salida de esta pandemia porque ahí habría una política fiscal para la cultura; una política fiscal no es ‘dame limosnas y luego me las quitas’, es ‘yo genero valor económico, exportación, divisas, infraestructura, 1.4 millones de empleos, retórname lo que me corresponde’, sería una política también de colectividad; una política de exportación, ‘no me quites ProMéxico, no me quites nuestras representaciones culturales, más bien que también sean canales de exportación e importación’”, señaló Piedras.

En la charla, Dolores Beistegui dijo que todos los participantes de la mesa tenían empresas sanas antes de la pandemia que permitían trabajar en números negros, pero la pandemia les está generando números rojos cada vez más preocupantes; “el gran reto es cómo sobrevivir hasta que podamos llegar al semáforo verde. Sabemos que necesitamos aguantar y necesitamos dasarrollar estrategias de corto plazo, que son de resistencia total con programas de rescate”.

Dijo que se hasta ahora se han adecuado para sobrevivir con iniciativas como papaloteencasa.org que les ha generado una comunidad de un millón de personas, pero “necesitamos rigor, necesitamos números, necesitamos datos, somos creativos, pero sí no somos capaces de transformar esa creatividad en datos duros que te permitan conocer quién es tu público, cómo trabaja, qué quiere y qué no quiere”, no podrán lograr mucho.

Beistegui puntualizó que no hay acompañamiento del Estado para estas industrias creativas, pues más allá del marco fiscal no existe ninguna línea de préstamo para empresas como las suyas, pues una asociación civil como la de Papalote no tiene acceso a la banca comercial, “esto es un problema grave en un momento en que lo que necesitamos son puentes para poder cruzar el río”, dijo.

Por su parte, Alberto Ruy Sánchez dijo que desde la empresa Artes de México no necesitan una política de préstamos de los bancos o préstamos del gobierno, lo que necesitan los empresarios culturales es que haya tasa cero para las librerías, por ejemplo, pues aunque siempre saben que el 10% de las librerías cierran en México, con la crisis tienen claro que están cerrando el 50% de las librerías.

El escritor y editor aseguró que se requieren financiamientos y que son al menos en su rubro, de tres tipos, “tienes un dinero rápido que es la institución que te paga un libro, te da un adelanto, hago el libro, termino el libro y te pagan; hay dinero de mediano plazo que es el de la publicidad, te pagan a 30, 60 o 90 días; y hay dinero lento, centavero e inseguro que es el de las librerías”.

La editora y promotora, Marisol, Schulz aseguró que desde la FIL de Guadalajara tienen una apuesta optimista, pero sabe que su déficit y pérdidas que tendrán este año con una edición virtual, lo recuperarán en dos o tres años, si acaso, sin embargo la situación es grave pues aún tienen claro que habrá editoriales que no regresen, y lo que habría que crear son estrategias para dar espacios colectivos para las editoriales que no pueden regresar con un espacio propio.

Gerardo Jaramillo, quien es secretario del Seminario de Cultura Mexicana, dijo que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la revista y empresa “Artes de México” y Papalote Museo del Niño son tres ejemplos que son pruebas de que un proyecto cultural creativo puede ser rentable, puede ser autosustentable y verdaderamente catalizador de una serie de fenómenos que se dan en la sociedad, pero que hoy en día enfrentan la crisis económica generada por la pandemia por el Covid-19.

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