Doroteo Arango o “El Centauro del Norte”, mejor conocido por su apodo: Pancho Villa, nació un 5 de junio de 1878 y, a pesar de que vivió sólo 45 años, su carácter y estrategias militares, al frente de la División del Norte o contra Victoriano Huerta, lo volvieron una leyenda de la Revolución y un ícono de las luchas armadas más allá de las fronteras mexicanas. Su imagen ha sido muy reproducida en la cultura popular: se le ha representado en el arte callejero, películas y libros. Pero es probable que el hombre, la figura real, haya sido más interesante que la leyenda.

Contra Estados Unidos

Todos saben que México perdió la mitad de su territorio contra Estados Unidos en 1848. Pero pocos hablan de que Villa intentó invadir el país vecino, convirtiéndose en el único latinoamericano que se atrevió a emprender una conquista así. Algo que puede leerse, más de un siglo después y a la luz de la Historia, como una especie de reivindicación.

A este hecho se le conoce como la batalla de Columbus y sucedió el 9 de marzo de 1916. Las tropas de Villa, conformadas por 600 soldados, se propusieron invadir Columbus, Nuevo México. El villismo se había empezado a desmoronar en Celaya. El escenario no era fácil y en Agua Prieta, contra los constitucionalistas, Estados Unidos colaboró para que otra derrota sucediera.

Lee también:

La injerencia de Estados Unidos tuvo varios mensajes políticos. Uno de ellos era que las políticas de Carranza podían poner en riesgo la independencia del país.

Villa no necesitó más, respondió en Columbus con sus 600 hombres, ante lo que Estados Unidos mandó casi diez mil soldados. La misión era matar al Centauro del Norte. Si bien, Villa no conquistó Columbus, la misión de Estados Unidos también falló.

Directo a la pantalla grande

La productora de Charles Chaplin, Hollywood Mutual Film Company, estuvo interesada en Villa. El año era 1914 y aún no existía el cine sonoro. “El Centauro del Norte” firmó contrato con los productores, a quienes les interesó particularmente su fuerte personalidad y simpatía.

La cinta se llamó The Life of General Villa y, en un principio, se propuso que otra leyenda, pero del cine, la dirigiera: D. W. Griffith, quien terminó por rechazar el proyecto debido a la filmación de El nacimiento de una nación, cinta controvertida que mostró la mejor técnica del cine clásico, pero promovió el racismo y exaltó al Ku Klux Klan.

Griffith quedó como productor y la dirección estuvo en manos de Christy Cabanne y Raoul Walsh. La cinta vale como documento histórico. Por su aparición, a Villa se le ofrecieron 25 mil dólares, dinero que utilizó para financiar la lucha armada.

La ley del abstemio

Sería casi obvio creer que una figura como la de Villa era adepta a la bebida. Nada más falso y cliché que esta idea. Villa estaba en contra del alcohol: durante los 30 días que gobernó Chihuahua en 1914, entre las políticas que implementó (confiscar propiedades a terratenientes o imprimir su propia moneda) estuvo la prohibición del alcohol.

A Villa le parecía que las bebidas espirituosas representaban un grave problema para la sociedad. Y se dice que ordenó el fusilamiento de algunos de sus soldados justo porque tenían cierta devoción etílica.

En cambio, al "Centauro del Norte" le encantaban las palanquetas y las malteadas de fresa.

Un gran corazón

El nombre de la séptima esposa de Villa fue Luz Corral. Lo interesante es que ella fue la única mujer con la que se casó ante la Iglesia y de forma civil. Mientras que Villa tuvo, por lo menos, 23 esposas (aunque hay teorías que apuntan que contrajo nupcias hasta en 75 ocasiones), Luz Corral nunca volvió a casarse.

Hay un par de detalles que han hecho que el nombre de Corral haya pasado a la historia. En 1911, año de su boda, Villa le compró a Corral una casa en la ciudad de Chihuahua. El inmueble fue bautizado como La Quinta Luz y, tras el vértigo de la Revolución, se convirtió en la vivienda donde Corral se instaló y homenajeó la memoria de su difunto esposo. El inmueble hoy es el Museo Histórico de la Revolución Mexicana.

Villa, por cierto, tuvo 26 hijos. Pero, tal como sucede con el número de veces que se casó, su descendencia podría ser más amplia.

Villa y la literatura

Villa también fascinó a los novelistas de la Revolución mexicana. Cartucho, de Nellie Campobello, Vámonos con Pancho Villa, de Rafael F. Muñoz, y Memorias de Pancho Villa, de Martín Luis Guzmán, no sólo destacan entre las novelas que “El Centauro del Norte” inspiró, sino que son clásicos de la literatura mexicana.

Por su amplia documentación, también hay que mencionar la biografía que el historiador Friedrich Katz hizo de Villa.

Lee también:

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses