Los consejos asesores de cultura no son, para nada, una novedad. En 2017, por ejemplo, con el peñismo, la recién nacida Secretaría de Cultura federal instaló uno con personajes destacados del ámbito cultural; algunos de ellos, por cierto, se volvieron funcionarios de este gobierno (Lucina Jiménez) y otros, cosa curiosa, se volvieron enemigos de este gobierno (Héctor Aguilar Camín). Poco o nada se supo de ese consejo, ni cuántas veces se reunió ni qué aportó... pero vamos a decir que no fue por falta de ganas. Esto viene a cuento porque la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció ayer la creación de un Consejo Asesor de Cultura de la Ciudad de México, conformado por 13 personalidades del ámbito cultural quienes trabajarán para “difundir, promover y acompañar a los proyectos culturales a desarrollar en la ciudad”. Ellos son Paloma Sáiz, Dolores Heredia, Gabriela Cámara, Humberto Musacchio, Jesús Ochoa, Lorena Elizabeth Hernández, Luis de Tavira, Armando Bartra, Coral Revueltas Valle, Horacio Franco, Damián Alcázar, Francisco Pérez Arce y Leonel Durán Solís. Varios, hay que decirlo, son abiertamente simpatizantes de este gobierno. ¿Es un problema? No, pero no hay que perderlo de vista. ¿Funcionará? Vamos a decir que sí, pero la realidad se impone y lo cierto es que desde hace dos años decenas de artistas independientes y colectivos, han empujado fuertemente un diálogo con la secretaría de Cultura local. Armaron mesas con autoridades, incluida Sheinbaum, ofrecieron propuestas, pero se toparon con la pared presupuestaria. De trabajo colaborativo poco se hizo, y con el cambio de titulares en Cultura al salir Suárez del Real, sumado a la pandemia, todo fue a peor. Entonces, ¿en serio funcionará un consejo de esta naturaleza con voces simpatizantes? A ver...
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