La historia de Guillermina Bravo comienza en Tampico, cuando, siendo una pequeña, le regaló a una niña un vestido y se hicieron amigas. Después se mudó a la Ciudad de México y ahí nació su interés por la danza. Tuvo amigos, maestros, pasión. Y todo aquello la convirtió en una de las más importantes para la cultura nacional. Su historia es contada a detalle, pero desde una visión que le permite, en primera instancia, un encuentro con lectores infantiles.

Con Guillermina, la niña que bailaba, de Alejandra Monroy , con ilustraciones de Edith Hernández Durana , nace la editorial Nicolasa, conformada por un equipo de editores y diseñadores, dirigida por Hayde Lachino , con que buscan ser un sello dedicado a la danza, el cuerpo, el movimiento y la escena, especializada en libros y otro tipo de productos editoriales.

“Una de las cosas que detectamos es la falta de publicaciones de danza dirigidas a todo tipo de público; lo que existe son publicaciones dirigidas a especialistas y creemos que hay un campo por atender y que no necesariamente practica danza, pero que le interesa la disciplina desde distintos lugares”, dice Lachino, quien se ha dedicado a la danza desde la investigación, la crítica, la docencia y la gestión cultural.

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Lachino, quien fue directora de la revista Interdanza, edición digital de la Coordinación Nacional de Danza del INBAL , explica que editorial Nicolasa lleva el segundo nombre de la coreógrafa mexicana Guillermina Bravo, considerada la madre de la danza moderna mexicana, y arranca con su historia, contada desde la perspectiva de una niña.

“Es un libro para niños, pero hemos cuidado la edición de manera que los adultos también lo quieran tener. Hay una edición muy cuidadosa, con ilustraciones que recuerdan a la época nacionalista”, explica.

Nace Nicolasa, un sello dedicado a la danza, al movimiento y la escena
Nace Nicolasa, un sello dedicado a la danza, al movimiento y la escena

Guillermina, la niña que bailaba, de Alejandra Monroy, e ilustraciones de Edith Hernández Durana, es el primer libro de la editorial.

El proyecto editorial debió arrancar en abril pasado, pero ante la pandemia tuvieron que replantear el modelo de negocios que les permitiera seguir adelante en un nuevo contexto. Las tres líneas de trabajo son: libros para niños y jóvenes, publicaciones teóricas con perspectivas novedosas que serán tanto físicos como digitales, y libros como objeto coreográfico. El lema es: “La lectura es una experiencia del cuerpo”.

“Llevamos dos años trabajando en la editorial, no sólo en el modelo que queríamos ser, también en cómo fondearla porque creemos que es importante crear espacios con modelos de producción que tienen que ver con la colaboración y la autogestión. La pandemia nos obligó a repensar el modelo de negocios. En este momento, por ejemplo, los envíos los estamos haciendo con chicos que trabajan en toda la ciudad”, cuenta.

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El surgimiento de una editorial abocada a estos temas resulta relevante porque existe poca oferta en el mercado editorial que aborde estos temas y que, además, tengan la misión de producir libros dirigidos a todas las edades, no sólo a los especialistas o profesionales, sino a un amplio público con el objetivo de dar a conocer a quienes hacen la danza y temas relacionados.

"La mayor cantidad de publicaciones en torno a la danza que se hacen en México es a través de las instituciones, especialmente en el INBAL y en las universidades como la de Xalapa . Sin embargo, sentimos que no son suficientes, porque además atiende especialmente a investigaciones y nosotros estamos pensando en un público amplio. Es triste que haya generaciones que no sepan quién fue Guillermina Bravo o Amalia Hernández . Nuestra apuesta está en otros públicos. Pero sí queremos llegar también a públicos especializados, sobre todo con perspectivas diversas, que haya una pluralidad de visiones, lugares diversos para analizar las cosas. Lo que queremos es ampliar el panorama cultural ", detalla. Más información en la página web: http://ednicolasa.com/index.html