El pianista argentino Bruno Gelber, quien se define como un hombre "clásico" que no sabe usar computadoras, dice ser un enamorado de la tecnología y sostiene que la música clásica debe modernizarse para sobrevivir en medio de los desafíos del siglo XXI.

Gelber, quien es considerado como uno de los 100 mejores pianistas del Siglo XX y se presentó el lunes por la noche en el Teatro Municipal de Santiago, se refirió a las complicaciones de llevar los clásicos de la música a nuevas audiencias.

"Nuestra música se quedó en su letargo orgulloso sin hacer caso del cambio del mundo (...) Hay que vivir el mundo de hoy. Si Coca-Cola hace promoción para recordar que es refrescante, cómo la música no va a necesitar promoción. La gente está acostumbrada a estar bombardeada por tentaciones", dijo Gelber en una entrevista telefónica con Reuters.

"Yo siempre digo que he pasado los límites de la música clásica, yo un poco soy como un artista de teatro o de cine, pero no es siempre así", agregó el músico de 78 años, cuya vida es retratada por la periodista Leila Guerriero en el libro "Opus Gelber", publicado recientemente por la editorial Anagrama.

Gelber ha dado más de 5 mil conciertos en unos 60 países y sostiene que en una época en que las comunicaciones son "tremendamente fáciles", uno puede sentir que con estirar la mano "estoy en París, Londres o Nueva York. Uno cree que el mundo es chico".

"Pero después tardo 28 horas para ir a Japón y me doy cuenta de la realidad".

Para el pianista argentino -quien vivió más de cinco décadas fuera de su país-, la tecnología también presenta desafíos importantes, especialmente para los artistas.

"Con las maquinitas a los jóvenes les parece que las cosas son más fáciles que lo que son, pero el arte es algo muy complejo, hay que tener en cuenta que en arte 2 + 2 nunca es cuatro, a veces es 3,8 y a veces 4,2. No es un resultado exacto", relató.

"Un artista debe focalizarse, hay que tener talentos varios, para la memoria, para presentarse en público. Si uno quiere ser músico tiene que tener el alma y poner el esfuerzo en la música. Ser músico es un milagro que no siempre se establece de una manera lógica".

El desarrollo de un pianista de élite no es sencillo,

explica Gelber, quien siempre se acuesta de madrugada tras estudiar varias horas al día porque, según señala, las manos no conservan la memoria.

"Un pianista no puede tener éxito si no estudia. ¿Es posible que un atleta tenga éxito si no entrena? No", sostuvo, agregando que los desafíos en la formación son mayores ahora que hace algunas décadas.

"Es mucho mas difícil tener 20 años hoy que hace 30 años porque las tentaciones y las dispersiones son mucho más grandes (...) Es doblemente meritorio quien dice que va a emprender algo. Hay que renunciar a muchas cosas cuando uno emprende la tarea de dedicarse a un arte . Hay una parte espiritual, intelectual que hay que trabajar, igual que la técnica".

El pianista se declara de la vieja escuela,

alguien a quien le gusta que los artistas "den la impresión de que viven un mundo ideal y que no están en los avatares de la vida común".

Gelber dijo que no piensa en el retiro, aunque sí imagina el recuerdo que dejará en el público cuando deje de tocar. "Mientras me sienta apto para seguir tocando, lo haré (...) No hay nada más lindo en la vida que estar dotado para hacer algo que a uno le gusta y poder hacerlo, y además con éxito".

"Mi legado no va a ser voluntario, es lo que la gente va a sentir en su memoria. Yo creo que he sido una persona que ha despertado emoción en la gente y eso la gente lo recuerda (...) Ese es uno de mis fuertes, el ser expresivo" , concluyó.

akc

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