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ana.pinon@eluniversal.com.mx
Un encuentro inimaginable. Nadie, nunca, pensó que un día viajarían a la Ciudad de México para conocerse, para cantar que Dios nunca muere y “que la vida empieza en donde se piensa que la realidad termina”, como dice el himno oaxaqueño que escribió Macedonio Alcalá un par de siglos atrás. Son 80 pilotos y sobrecargos del coro Air France. Son 50 niños y jóvenes de la Escuela de Iniciación Musical Santa Cecilia que ha dado vida a la Banda de Música, una agrupación que nació en uno de los barrios olvidados de Oaxaca, a las orillas del basurero municipal.
En el Centro Nacional de las Artes, los niños de la agencia Vicente Guerrero, barrio ubicado a 40 minutos de la capital oxaqueña, con una de las peores reputaciones del estado por sus índices de violencia y pobreza, juegan y corren.
Los cantantes franceses buscan, con lenguaje de risas y miradas, conectar con los pequeños.
Es el momento de la foto grupal. Se echan porras, festejan, aplauden, hacen una ola festiva y gritona. El Coro lleva siete años ofreciendo conciertos en Francia y en varios países de Europa para recabar donaciones de apoyo para la Escuela oaxaqueña. La Banda lleva poco más de siete años luchando por ser la mejor versión de sí mismos. Hoy, al fin, tocarán juntos por primera vez para el mismo el fin: conseguir más apoyo económico que los ayude a ampliar la escuela que atiende actualmente a 100 niños de entre 7 y 18 años.
Sheila Morales es madre de dos de las niñas; dice que no puede creer que ese lugar al que se llega por calles sin pavimentar y que carga con el estigma de ser refugio de pandilleros, sea hoy motivo de interés gracias al esfuerzo y talento de una infancia que se negó a ser parte de la estadística de la violencia.
José Armando tampoco lo puede creer, toca la tuba y hace dos años sólo vagaba por las calles con sus amigos, ahora tiene el sueño de convertirse en músico profesional. La felicidad está en sus rostros, también en el del Padre Rentería.
Isabelle de Boves es la piloto francés que en 2011 llegó como turista a Oaxaca e hizo de esa escuela uno de sus proyectos de vida más importantes. Se ha colocado en su lugar dentro del Coro para iniciar el ensayo con los niños.
Vladimir Medina es el director de orquesta. Todos ríen. Se echan porras, aplauden. Hay acordes que los dejan desconcertados. Los chicos han bajado la guardia. El coro se esfuerza por seguir el paso. El concertador pide que no suenen como banda “tracalosa”. Todos ríen de nuevo. Hay ánimo. Voluntad. El concierto es hoy a las 19:00 horas en el Auditorio Blas Galindo. Boletos en el teléfono 5512620697.