Más Información
Diputadas celebran a emprendedoras; reconocen a la doctora Araceli Alonso, incluida en las 100 mujeres líderes
Yasmín Esquivel defiende la reforma judicial en Con los de Casa; alejado de la realidad pensar que es una venganza política, afirma
Elección judicial: Aspirantes a cargos comparten carta de motivos y hasta currículum; “Justicia no debe ser inaccesible”, afirman
Niño de 3 años toca “la campana de la victoria” por vencer al cáncer; recibió quimioterapias en el IMSS
Tres de cada 10 estudiantes es víctima de violencia en planteles; exigen reforzar medidas de seguridad
A través de obras de Joaquín Gutiérrez Heras, Franz Joseph Haydn y Piotr Ilych Chaikovski , la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) ofreció un magno concierto en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli.
Bajo la dirección de Min Chung, la agrupación orquestal inició el concierto con la obra “Ludus autumni”, del compositor mexicano Gutiérrez Heras (1927-2012), planeada en un principio en varios movimientos, que se convirtió en una pieza.
Los músicos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, tocaron la partitura de la pieza de Gutiérrez Heras, que pareciera como una sinfonía, aunque como dice el crítico de música Juan Arturo Brennan “una sinfonía con características muy especiales".
Una obra con sonoridades oscuras, que los músicos ejecutaban, bajo la batuta de Chung, y que el público disfrutaba con mucha atención esa composición del maestro Gutiérrez Heras.
Luego siguió, ante los aplausos de los asistentes, la pieza “Sinfonía No. 44 en Mi menor, Hab. 1:44 Fúnebre”, de Joseph Haydn, de la cual se desprenden los movimientos “Allegro con brio”, “Menuetto, Allegretto (Canone in diapasón”, “Adagio” y “Finale, Presto”.
También contiene una música oscura, pero en sus movimientos son más rítmicos que la hace más dinámica, y que los músicos imprimen experiencia y talento para tocarla tal como la concibió el compositor.
Para finalizar el concierto, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, tocó la obra “Sinfonía No. 2 en Do menor, Op. 17, Pequeña rusa”, de Chaikovski, de la cual se desprenden las piezas “Andante sostenuto-Allegro vivo”, “Andantino marziale quasi moderato”, “Scherzo: Allegro molto vivace” y “Finale: Moderato assai”.
Con casi 40 años de actividades ininterrumpidas, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México es considerada una de las agrupaciones más importantes del país. Desde 1978 ha presentado más de tres mil conciertos en las principales salas del país y en diversos foros de Estados Unidos, Europa, América del Sur y Asia.