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alidaprojas@hotmail.com
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reconoció a los médicos universitarios y del país con un concierto por el Día del Médico, que se llevó a cabo la noche de este miércoles en la Sala Nezahualcóyotl bajo el título “Los médicos y los músicos a 150 años de la restauración de la República”.
Al concierto, a cargo de la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata de la UNAM, bajo la dirección de Gustavo Rivero Webber, acudieron el rector de la Máxima Casa de Estudios, Enrique Graue; el secretario de Salud, José Narro, y el director de la Facultad de Medicina, Germán Fajardo Dolci.
“El Día del Médico fue instaurado el 23 de octubre de 1883 por Valentín Gómez Farías, quien fuera Presidente de la República y quien modificó, entre otras cosas, la enseñanza de este país. Y este año lo celebramos en este recinto para todos ustedes, para alumnos, investigadores, funcionarios, para todos los que somos parte de la comunidad de la Facultad de Medicina. Es un concierto que se realiza gracias a Samuel Máynez, quien se ha convertido en impulsor de algunos proyectos como el del día de hoy”, dijo Fajardo Dolci.
Añadió que el programa dedicado a los médicos era diferente porque muchas de las obras habían sido escritas por médicos como Aniceto Ortega. Y destacó la interpretación de la Marcha de Zaragoza, que durante la presidencia de Benito Juárez se consideró como la marcha nacional, incluso como el Himno Nacional, escrita por Ortega, y cuya revisión musicológica y reconstrucción estuvieron a cargo de Berenice Ruiz.
De acuerdo con los organizadores, el programa revistió una gran trascendencia histórica y un enorme interés artístico ya que exhumó partituras capitales de nuestro nacionalismo musical después de una centuria y media de haber estado en silencio. Entre ellas, para dar una idea somera de su importancia, destacó la ejecución de la Marcha Republicana, del doctor Aniceto Ortega, y de algunos fragmentos de su episodio Cuauhtemotzin —el primer ejemplo de ópera mexicana sobre un tema patrio para ser cantado en español—, mismo que quedó en estado embrionario y que ahora salió a la luz después de una exhaustiva labor musicológica.
Además de la Orquesta, participaron los pianistas James Pullés, David Rodríguez, María Teresa Frenk y Fernando Saint Martin; el chelista Carlo Máynez, la arpista Alonda Máynez, el violinista Samuel Máynez y los cantantes Josué Cerón, Rogelio Marín y Betsabé Urdapilleta.
En el programa destacaron las obras de compositores como Melesio Morales y Agustín Balderas, así como de los doctores Ortega, Aleksandr Borodin y Theodor Billroth. Por su parte, Samuel Máynez, catedrático del Conservatorio Nacional de Música y responsable de la investigación y el trabajo que fundamentó el concierto, agradeció la realización del concierto y destacó que las partituras del programa no están al alcance y requirieron de una labor musicológica para actualizarlas.
“El prejuicio es algo cotidiano en la música mexicana, pero hoy renacerá la obra de varios compatriotas que dieron la vida por su arte y por darnos una patria más nuestra. Quién mejor que Aniceto Ortega para respaldar lo que quiero decir, muy pocos como él se consagraron a la medicina y a las exigencias de la carrera musical y se distinguieron en ambas. Es por eso que la figura central es el doctor Ortega. Hoy presentamos una introducción a Cuauhtémoctzin, estrenada en 1871 en el gran teatro nacional y desde entonces no se ha vuelto a reponer. Por ahora es suficiente aceptar que la reelaboración busca subsanar el estado embrionario en que quedó la obra”, dijo el músico.
En su oportunidad, Frenk dedicó Elegía a Jacobo Ortega a los padres que perdieron a sus hijos tras el sismo del 19 de septiembre, así como al musicólogo Karl Bellinghausen, fallecido en mayo pasado.