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Pese al crecimiento exponencial de sus visitantes, que aumentaron un 15 por ciento respecto al año pasado, los Museos Vaticanos dejarán de poner límites al número de personas que reciben y más bien alistan estrategias para mejorar el flujo en sus diversas secciones.
“Existe un interés general hacia los lugares del arte o de la belleza para un público cada vez más amplio. El número seguramente crecerá, ¿hasta cuántos podemos acoger? Es una buena pregunta”, aseguró Barbara Jatta , directora de las galerías papales, en entrevista. Anticipó que para atacar el problema tiene pensadas varias soluciones, entre ellas la contratación de 24 custodios para abrir al público sectores hasta ahora cerrados y asegurar un flujo más armónico de personas.
Hace pocos años, el Jardín Cuadrado no pertenecía a los museos. Cuando fue anexado, en 2013, se logró una amplia descompresión y una zona de respiro. Un ejemplo que la directora desea replicar “No digo que nos apropiemos de todo el Vaticano, pero se debe pensar en ello. Es difícil decir ‘no entran’. Nacimos con la finalidad de mostrar, no sólo arte sino especialmente los testimonios de la fe a lo largo de los siglos. No estamos pensando en poner límites por ahora”, insistió.
Fundados en 1506 por el Papa Julio II, los Museos Vaticanos se encuentran entre las 10 galerías más visitadas del mundo . A los ritmos actuales, en breve superarán los seis millones de visitantes al año. Esta es una de las cuestiones que desvelan a Jatta. A 10 meses de haber asumido la dirección en lugar de Antonio Paolucci, reconoció que su puesto es “desafiante” por la “mole de trabajo”, pero aseguró que no le da miedo.
Una mujer en 500 años
Cuando se anunció su nombramiento, la prensa destacó su condición femenina. Situación esperable, considerando que se trata de la primera mujer en asumir ese puesto en más de 500 años de historia de los Museos. “Seguramente el Papa quería dar un signo de cambio y el hecho que soy mujer a esto ha ayudado, sería tonto negarlo. Además, yo representaba una elección interna ‘segura’, no reservaba tantas sorpresas, me conocían por mis 20 años de trabajo en la Biblioteca Vaticana”, explicó.
“Pese a ser interna no había trabajado en los Museos. Creo que buscaban alguien externo, pero no tan externo. Garantizaba continuidad, seguridad, en cierto sentido. Esta fue su elección”, añadió. Además, rechazó que la prensa haya destacado su designación por prejuicio o por “alguna forma de sexismo”, sino que “fue una comunicación positiva bien aprovechada”.
Aclaró que su condición no le hizo “ni bien, ni mal” porque, desde pequeña, está convencida que “hombres y mujeres somos iguales”. “Desde el principio subrayé que esperaba haber sido elegida por mi profesionalidad, esto sí”, apuntó. “Recibo muchas cartas de mujeres que no conozco, que están contentas y orgullosas porque una mujer alcanzó un puesto tan alto. Esto me da gusto, pero también un sentido de responsabilidad fuerte. Por eso trato de responder a todas agradeciendo por la confianza”, contó.
“Es extraño y curioso, jamás hubiese imaginado recibir tantas cartas. Últimamente recibo mensajes de un hombre un poco loco, que cada día me escribe una frase de Van Gogh y su interés por el arte. Generalmente las abro en la noche, sentada en el sillón, con mi hijo de 14 años que se divierte a leérmelas”, señaló.
Sobre el deseo del Papa porque los Museos se conviertan en un espacio abierto a las culturas y los pueblos, aseguró que esta ha sido la razón principal de la apertura a los turistas de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, unas 55 hectáreas de hacienda papal ubicadas a 25 kilómetros al sur de Roma.
Al respeto, Jatta revela un detalle. Pocas semanas atrás Francisco la llamó por teléfono y le preguntó: “¿Cómo va Castel Gandolfo?”. “Claro, no se ocupa de todos los detalles, pero si se interesa en cómo están funcionando las cosas”, explicó. Las Villas Pontificias reciben varios miles de visitantes al año. Los sábados son los días más concurridos, con un promedio de mil 500 personas. Esto se debe al ya conocido tour que lleva en tren a los turistas desde la estación interna del Vaticano hasta su destino y regresa horas más tarde. Por eso, la directora trabaja para lograr la apertura de ese recinto también los domingos.
sc