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El Museo del Juguete Antiguo México ( Mujam ) y su dueño, el arquitecto Roberto Shimizu , ya saben qué pedir a los Reyes Magos: más visitantes y mayor protección.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Shimizu cuenta que desde la pandemia el número de asistentes no se ha recuperado y expresa su preocupación sobre la seguridad del recinto. La colección del Mujam, aunque se fundó en 2005, tiene su origen en los años 50, cuando Shimizu, hijo de inmigrantes japoneses, comenzó a coleccionar estampillas, fotografías, juguetes y otros objetos que lo hacían feliz y englobaban el momento histórico en el que se produjeron.
Ahora, con 77 años de edad, el coleccionista se pregunta qué pasará con su colección cuando ya no pueda velar por ella. Sobre todo, por los constantes robos a los que se ha enfrentado. En 2020 fue muy sonado el caso del robo de dos modelos de autos Ferrari, valuados entre 30 y 40 mil pesos cada uno. Sin embargo, no ha sido el único caso. El propietario ya perdió la cuenta de los objetos que le han robado y en algunas vitrinas se deja el espacio vacío, para denunciar de forma simbólica el hurto.
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Shimizu detalla que hacen todo lo posible por “mantenerse a flote”: no tienen las luces prendidas, sino que en cada sala las encienden y apagan según su uso, tampoco cuentan con fondos para pagar un servicio de vigilancia y la mayoría de los jóvenes que trabajan ahí está haciendo su Servicio Social,
“Somos un museo independiente, no recibimos recursos. Estamos sufriendo el robo hormiga, que es un deterioro tremendo (para la colección). Tenemos una preocupación grande por este patrimonio y nosotros, como museo independiente, siempre nos vamos a dormir con el riesgo de un desastre natural o el robo”, dice Shimizu.
Ante este panorama, al dueño del museo le gustaría contar con “el manto federal”, o sea, contar con el apoyo de las autoridades en casos de robo, pues luego del incidente de 2020 y pese a que interpuso una denuncia, el caso no fue resuelto.
“Sabemos que quienes nos han robado ha sido por encargo, hasta los anuncian en Internet cuando los venden: ‘estuvo exhibido en el Museo del Juguete’. El problema no sólo es el robo, sino también la impunidad”, asegura . “Sí levanté el acta (de denuncia), pero no les hicieron nada”, agrega Shimizu sobre el robo de 2020.
En la sala dedicada a la lucha libre, además de juguetes hay objetos personales de los luchadores. Foto: Germán Espinosa / EL UNIVERSAL
Más de 4 mil muñecas Barbie forman parte del Museo. Foto: Germán Espinosa / EL UNIVERSAL
El Mujam no sólo cuenta con una colección de juguetes, sino con una sección especial dedicada al 2 de octubre, en la que se encuentran garrotes, cascos de policías, camillas, carteles de la protesta estudiantil y más memorabilia sobre la matanza de 1968.
También hay objetos coleccionables de los Juegos Olímpicos México 68, como pelotas inflables, los programas oficiales por día, una lata de combustible original para encender la antorcha olímpica, así como pines, sellos postales y otros coleccionables. Además hay un acervo de fotografías, una maqueta, documentos, entre otros objetos sobre la fundación de Ciudad Universitaria.
“Es un patrimonio invaluable para las nuevas generaciones. El sueño que tiene mi familia, mi esposa y mis tres hijos, es que esto se quede como un patrimonio cultural de la producción de México del siglo XX. Porque un día no voy a estar”, afirma Shimizu, quien asegura que donar la colección no es una opción y que no piden ayuda del gobierno, sino protección.
En cuanto a las finanzas, el Mujam no logra los recursos suficientes para sostenerse con la venta de boletos tras la pandemia y pese a ser una A.C. donataria, que puede deducir impuestos por las donaciones, no han tenido éxito para conseguir fondos a través de esta vía.
El Mujam tiene una colección de más de 2 millones de objetos, pero sólo se exhiben 45 mil piezas, distribuidas en cuatro pisos de un edificio ubicado entre la colonia Doctores y Obrera.
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Juguetes de luchadores, así como sus objetos personales; colecciones de Barbies desde los años 50, hasta los 90; carritos, trenes, un animatrónico de la película King Kong de 1933; utilería de películas, bebés de Lily Ledy, juguetes de Star Wars y una colección sobre Cantinflas es apenas una pequeña muestra sobre los juguetes que alberga el museo.
El recinto también es un espacio para el arte urbano.
Actualmente, el recinto alista su tradicional “Última pinta del año”, evento en el que tres artistas urbanos intervienen en algún muro del museo en los últimos tres días del año.
El museo ofrece talleres y exposiciones sobre arte urbano. Consulta el programa en @museodeljuguete en Instagram.
45mil JUGUETES se exhiben en los cuatro pisos del Museo del Juguete.
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