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La ola de calor que azota la capital china en los últimos días
no ha impedido a cientos de pequineses vencer al tedio veraniego para conocer más de cerca el mundo interior de Pablo Picasso (1881-1973), un mito en ascenso en el gigante asiático, donde sus obras cotizan a precio de oro.
Si bien en junio se inauguró una muestra en la galería UCCA con ' Picassos' nunca vistos en el país, que ha recibido más de 150 mil visitas hasta este viernes, llega ahora una exposición documental en el Instituto Cervantes que reflexiona sobre el aspecto más inédito de la genialidad del artista español: su escritura.
El director artístico del Museo Picasso de Málaga y responsable de la muestra, José Lebrero, explica a Efe que la intención es revelar cómo el artista utilizó su lápiz -y la tinta china - para pintar las palabras y transformarlas en pictogramas que hablan de su mundo y sus recuerdos.
"Él escribió toda su vida pero es a partir de 1935, en medio de una crisis personal y artística, cuando empieza con la poesía. Y lo hace de una manera muy 'picassiana'", es decir, "sin puntuación, sin aliento, de forma acelerada y anárquica pues se permite borronear, escribir palabras de forma incomprensible, usar signos y pictogramas", señala Lebrero.
Al artista malagueño su interés por la caligrafía china le llevó a decir una vez: "De haber nacido chino, no sería pintor sino escritor. ¡Escribiría mis pinturas!" inspirado por la abstracción, la libertad de trazo y la belleza simple de sus caracteres.
"Picasso es consciente de que la caligrafía china está en sus poemas, en su manera precipitada, automática, de escribir",
indica.
Un interés que fue mutuo: el afecto de China con el artista se traduce, dilucida el experto, en los telegramas que Pekín le envía espontáneamente o cuando en 1948 pinta una paloma de la paz que aparece en la portada del Diario del Pueblo, tan sólo dos días después de la fundación de la República Popular China.
Los poemas, facsímiles, fotografías y el documental de la muestra son acompañados de una singular rareza, un manuscrito original que el innovador novelista chino Guo Moruo (1892-1978) redactó en 1961 para felicitarle, en nombre del Partido Comunista Chino -Picasso se había afiliado al francés en 1944-, por su octogésimo aniversario.
"Es un indicador de la fama que tenía. Son documentos de intelectuales y representantes de instituciones oficiales de la China de entonces. Él un artista reconocido, seguido y querido en China", apunta Lebrero, asegurando que "hay testimonio de artistas chinos de aquélla época que lo visitaron en el sur de Francia".
Así, en 1956 conoció al reconocido pintor y muralista Zhang Ding (1917-2010) y diez años después recibió en Niza a Zhang Daquan (1899-1983), uno de los pintores más cotizados del país y que cultivó estilos próximos al impresionismo y el expresionismo.
El interés por Picasso se desvaneció durante la Revolución Cultural
(1966-1976), cuando lo extranjero estaba prohibido en China, pero regresó para ser objeto de deseo de los coleccionistas de arte del país, que en los últimos años han adquirido muchos de sus retratos y piezas de arte figurativo de los años 30.
"Detectamos que el interés es cada vez más grande. El coleccionismo va aumentando, pero no hay mucha obra suya en el mercado. Pero todo es posible, las cifras se disparan y allí donde hay mucho dinero es posible acceder a Picasso", según el comisario.
El Picasso caníbal que convierte en propio todo lo que descubre,
su capacidad de reinventarse o su prosa como retrato de la identidad española -pese a escribir muchas veces en francés- son otros de los platos fuertes de la muestra.
"Hay un sur en Picasso. Picasso, históricamente se ha asociado con la cultura francesa, pero él nunca dejó de ser español. Esa personalidad malagueña, andaluza, española, se ve en sus poemas. Se refiere a Góngora, a Cervantes, a costumbres, ritos, tauromaquia y recetas de cocina. Este Picasso escritor es un espacio de refugio y de recuerdo del Picasso español", asegura el director.
Uno de los poemas expuestos: "Soy hijo de un padre blanco y una copita de aguardiente andaluz mi madre era la hija de una chica de quince años nacida en Málaga en los Percheles el bello toro que me engendró su frente...", que el traductor chino Yu Zhongxian tuvo el valor de traducir del francés a su idioma.
Textos que, según reconoce Yu, tienen la peculiaridad de que no "pueden simplemente entenderse" sino que deben degustarse y aceptarse como parte de su inmensa creatividad.
"Era un hombre muy infantil y su curiosidad le llevó a crear. La gente de nuestra época entró en contacto con el arte mediante el realismo, y Picasso es todo lo contrario. Creo que los jóvenes lo aceptan mejor porque lo beben desde una edad más temprana", señala.
Para el crítico literario Xi Chuan, Picasso representa "el espíritu de la exploración", y la energía de su arte "es ilimitada".
"Picasso nos muestra algo muy importante: esforzarse por la innovación, algo que necesitan desesperadamente los jóvenes de ahora", comenta.
akc