El Museo Whitney de Nueva York

dio la bienvenida a la primavera con la presentación de una destacada colección de obras de vibrantes colores, una herramienta que importantes artistas utilizaron en los años 60 para provocar reacciones del público o expresar ideas de género o raza.

"Spilling Over: Painting Color in the 1960s",

que podrá verse desde el próximo viernes en esta pinacoteca dedicada al arte estadounidense, reúne piezas de figuras como Emma Amos, Josef Albers, Helen Frankenthaler, Sam Gilliam o Alvin Loving.

La muestra se retrotrae al momento en el que el mundo del arte acoge la pintura acrílica, por aquel entonces un material novedoso, explorando sus amplias posibilidades técnicas y subrayando la fuerza visual del elemento.

Así, algunos artistas como Albers o Loving comenzaron a utilizarlo en estampados, formas geométricas, o la combinación de intensos colores para buscar una reacción física del espectador.

En paralelo, una nueva generación de artistas afroamericanos y mujeres, que formaban parte de movimientos de defensa de los derechos civiles, lo utilizaron en retratos o composiciones paisajísticas para plantear cuestiones de percepción, específicamente en relación al género o la raza.

"Aunque son distintas entre sí, no queríamos dividir estas obras en diferentes movimientos, sino encontrar sus puntos en común", dijo en el acto de presentación de la muestra su comisario, David Breslin.

El experto del Whitney explicó que estudios recientes se inclinan por no agrupar las obras de artistas por la corriente histórica en la que se les sitúa, sino, por ejemplo, analizar cómo el color puede utilizarse tanto para crear reacciones físicas como para expresar ideas políticas.

Entre las obras, hay piezas recientemente adquiridas por la institución. De Kay WalkingStick, destacada artista nativa americana, se muestra su autorretrato "April Contemplating May" (1972) en verdes, naranjas y azules que representa sus múltiples identidades como artista, mujer, madre y representante de la comunidad cheroqui.

También comprada este mismo año, está "Baby" (1966), de Emma Amos una artista afroamericana que, en contra de la corriente de compañeros de su misma raza, se negaba a limitarse a denunciar las diferencias sociales con imágenes claras y directas.

La muestra está formada por un total de 18 obras, todas ellas parte de la colección permanente del Whitney, y muchas de las cuales no han sido expuestas en más de dos décadas.

"Queríamos volver a darle vida a estas obras", explicó en la presentación Scott Rothkopf, el comisario jefe del Whitney, que ha decidido exponer las piezas en el último piso del museo para permitir que la luz natural potencie los fuertes tonos, entre los que destaca el naranja neón.

Además de las piezas de Amos y WalkingStick, destacan "Septehedron 34" de Alvin Loving (1970), "New Day" (1967) de Kenneth Noland , "Orange Mood" (1966) de Helen Frankenthaler , "Homage to a Square: Wait" (1967) de Josef Albers, o "Gran Cairo" (1962) de Frank Stella.

akc

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