Jerusalén. El escritor israelí Amos Oz, quien a lo largo de su vida estuvo comprometido con la solución pacífica del conflicto entre israelíes y palestinos, y que fue varias veces candidato al Nobel de Literatura, falleció este viernes a los 79 años, a causa de un cáncer que padecía, informó su hija Fania Oz-Salzberger a través de su cuenta de Twitter.

“A todos los que lo amaron, gracias”, fue el mensaje que publicó Fania tras la muerte de su padre.

Oz nació en Jerusalén en 1939, bajo el mando británico de Palestina, con el nombre Amos Klausner; decidió cambiar su apellido tras dejar a su familia de inmigrantes judíos para ingresar a un kibutz (comuna agrícola israelí) luego del suicidio de su madre, cuando tenía 15 años.

Inició su carrera literaria con la novela Quizás en otro lugar (1966), donde relata las vivencias en la cotidianidad de una comuna. Su último libro fue Judas, que publicó en el año 2014, donde reinterpreta al personaje de Judas Iscariote, en el contexto de una historia de amor que resulta frágil y angustiosa.

Durante su vida fue un abierto opositor de la violencia generada desde hace décadas por el interminable conflicto entre israelíes y palestinos, y siempre mantuvo una postura en favor de la resolución pacífica y diplomática.

Su constante confrontación con las autoridades israelíes le provocó críticas y amenazas de muerte en repetidas ocasiones, pero permaneció viviendo en su país hasta el día de su fallecimiento.

Junto con otros artistas y escritores como Etgar Keret, David Grossman y Abraham B. Yehoshúa, trabajó arduamente con el compromiso pacifista que establecieron en favor de su país, pues todos ellos vivieron de cerca esta lucha interna entre dos fuerzas que han buscado el control del territorio.

Amos Oz participó en las guerras de Oriente Medio de 1967 y 1973, y esas experiencias impulsaron la constante defensa de su compromiso con los palestinos.

Fue cofundador del movimiento “Paz ahora”, que se creó en 1978 por un grupo de 348 soldados y reservistas israelíes, quienes redactaron una carta abierta al primer ministro Menahem Begin, en la que le solicitaron que no desaprovechara la oportunidad de firmar la paz con Egipto, que se logró hasta 1979.

El grupo pronto supo que la única solución posible para frenar el conflicto armado era la fundación de dos estados distintos, Israel y Palestina, que fue el propósito principal de “Paz ahora”, encabezado por Oz.

En una entrevista en 2015, Oz dijo que la paz entre Israel y Palestina “es absolutamente posible, no fácil, pero posible”.

“No pueden simplemente irse de luna de miel juntos, no después de 100 años de violencia, de odio, de injusticia. No pueden convertirse en amantes de la noche a la mañana, pero sí pueden llegar a ser vecinos, pueden dividir la casa en dos apartamentos (...) Todo lo que necesitamos son unos líderes valientes en ambos lados, pero no los tenemos”, reflexionó.

Su compromiso político y pacifista se reflejó en toda su obra literaria; sus novelas y ensayos, le valieron varios premios como el Príncipe de Asturias de las Letras en 2007, y el Goethe en 2005, que se concede regularmente a escritores en lengua alemana.

Al recibir el Premio Príncipe de Asturias, Amos Oz dijo: “Amo a Israel incluso cuando no me cae bien, incluso cuando tengo ganas de enterrarlo”. El Asturias se le otorgó en reconocimiento a “la defensa de la paz entre los pueblos” que hacía en su obra, así como por “la denuncia de todas las expresiones del fanatismo”.

Otros premios y reconocimientos que obtuvo fueron el Premio Israelí de Literatura en 1988 y el Premio Franz Kafka en 2013.

Algunas de sus novelas más destacadas son Una historia de amor y oscuridad, La caja negra y Las mujeres de Yoel. También escribió libros de ensayos y periodísticos en los que planteó y desarrolló su postura respecto a los conflictos de la sociedad en Israel. Entre ellos se encuentran Bajo esta luz violenta, Las voces de Israel y Contra el fanatismo.

Durante más de 50 años en su carrera literaria registró diversos acontecimientos de su país, como el ascenso de Israel desde las cenizas del Holocausto, así como las luchas internas que vivió en esa época entre judíos y árabes, derechistas e izquierdistas. Debido a ello obtuvo reconocimiento internacional, a pesar de que su postura política le generó muchas críticas.

Tras su muerte se pronunciaron autoridades y seguidores. En un comunicado, el presidente israelí Reuven Rivlin elogió a Oz al decir que “fue una historia de amor y luz, y ahora, de una gran oscuridad. Descansa en paz, querido Amos. Nos diste un enorme placer con tus libros”.

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