A través de la música, de la literatura o de la restauración de monumentos históricos, las mujeres han hallado una forma de comunicar sus historias y las historias de otras mujeres, han plasmado las historias de sus comunidades o las luchas que les interesan a favor de la equidad y contra el machismo. Se han abierto camino y han allanado la brecha para las siguientes generaciones, han hallado en la palabra, en las notas musicales o en las piedras esculpidas instrumentos para levantar la voz y visibilizarse.
En el marco del Día Internacional de la Mujer , tres colectivas de mujeres que han hecho comunidad desde su propio arte hablan de sus proyectos y de los feminismos, que en algunos casos no son discursivos, y en otros sí, pero en los que a partir de esas ideas crean y hacen arte.
Vivir sin miedo en la Sierra Mixe
El llamado para vivir sin miedo resuena en todo el país pero también en las montañas de la Sierra Mixe de Oaxaca, donde nació en 2006 la Banda Femenil Regional Mujeres del Viento Florido, agrupación de 40 mujeres que el pasado 1 de marzo estrenó la versión en ayuujk de la canción “Sin miedo”, de Vivir Quintana, con la interpretación de Leticia Gallardo, fundadora de la banda.
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Fue una de las integrantes de la agrupación, Diana Gabriela Martínez, quien hizo el arreglo para que todas interpretaran Sin miedo: “Me gustó mucho el resultado, es la esencia de Viento Florido, me imaginaba que las compañeras podían hablar por medio de la música y sus instrumentos”. Soledad Solano Martínez, clarinetista de la banda, dijo que “ha sido un proceso largo, con muchos matices, no imaginaba el impacto social cuando se crea una banda de mujeres”.
Agregó que “las mujeres en otros espacios no resonaban, no podían ser parte desde nuestras comunidades o roles de género, más allá de un aporte musical es un aporte a nuevas generaciones, es una semilla que iba a florecer, cuando se formó”, por eso ha sido un proceso de años. “Gracias a otras mujeres es que puedo estar yo en la banda, hubo otras clarinetistas, trombonistas, percusionistas, otras trompetistas a las que probablemente les costó el doble y seguramente en unos años habrá otras compañeras”.
Lety Gallardo siempre les recuerda que “lo más importante de la banda es formar personas en la solidaridad, responsabilidad, compañerismo, trabajo en equipo, ya que en esta sociedad tan globalizada es lo que menos nos importa, estamos metidos en un papel individualista”.
“La música viene a cambiar esta idea, este trabajo autogestivo e independiente; y como todo trabajo independiente, coordinamos entre todas, tenemos comisiones, yo no soy solo clarinetista, también tengo otras comisiones en la banda”, explicó Solano.
La colaboración con Vivir Quintana se suma a una lista de piezas con otras artistas que poco a poco se va haciendo grande. Las Mujeres del Viento Florido, que está establecida en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, también han trabajado con la cantante Lila Downs y con la intérprete chilena Mon Laferte.
Soledad Solano hace hincapié en la importancia de cantar en su lengua materna, ya que la canción “Sin miedo” “atraviesa la historia de todas las mujeres: si regresamos a casa, la hermana, la amiga, es una manera de lucha descentralizada de mujeres que tenemos otros contextos”.
“La música forma parte de mi vida, a todos lados llevo mi clarinete, por la música he tomado muchas decisiones que me han permitido desarrollarme y conocer personas”, dijo Solano, la joven originaria de San Melchor Betaza, en la Sierra Norte, que estudia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y que el pasado sábado, junto con toda la banda, dio un concierto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
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Falta visibilizar la literatura de mujeres
Aunque hay la impresión de que en la literatura hay mayor equidad, Escritoras Mexicanas, el proyecto literario que nació en 2017 a iniciativa de la escritora Cristina Liceaga, ha confirmado en casi cinco años que hay una gran necesidad en México de visibilizar la literatura hecha por escritoras mexicanas.
Fanny Morán, una de las 13 integrantes del colectivo —que se ha convertido en un proyecto muy sólido a través del cual se ha difundido la literatura de las escritoras mexicanas que tienen un libro editado, e incluso sin libro, sólo con textos publicados en diarios y revistas—, asegura que su apuesta es por sumar, ya sea desde la difusión de actividades, talleres, venta de libros a través de su tienda; o de la construcción de un catálogo en el que buscan sumar a más escritoras.
Hasta ahora han subido la historia de alrededor de 30 escritoras, pero hay otras 50 que han mandado sus materiales, semblanzas y fotografías.
Escritoras Mexicanas trabaja desde su página web y a través de sus redes sociales. Entre sus varios proyectos está la quinta convocatoria del Premio de Cuento Corto que hoy lanzan, y la tercera edición de la Feria Nacional del Libro de Escritoras Mexicanas, que se realizará por vez primera de manera híbrida, del 8 al 11 de septiembre en dos municipios de Guanajuato.
Su más reciente proyecto, nacido en noviembre pasado, es Comunidad EMmx-Fenalem, donde empiezan ha conformar un catálogo, “toda la información que las escritoras mandan sobre su trabajo se sube a las redes, se promociona y más tarde queda en la página que se ha convertido en espacio de impulso a su obra”.
Integrantes de Escritoras Mexicanas en el Festival Literario y diversos talleres que presentan en el municipio de Esperanza, en Puebla.
Apropiarse los monumentos históricos
Restauradoras con glitter se define como “una colectiva independiente de mujeres especialistas en el estudio, conservación y restauración de las herencias culturales, unidas en la lucha contra la violencia machista”, que surgió como respuesta por las pintas que se hicieron el 16 de agosto de 2019 en el basamento de la Columna de la Independencia, catalogado como Monumento Artístico, por el INBAL.
“En redes sociales, muchas de nosotras que nos dedicamos al estudio, análisis y conservación de lo que antes llamábamos ‘patrimonio cultural’ y que ahora llamamos ‘herencias culturales’, vimos esas condenas. Nos unimos y empezamos a escribir una carta en la que expresamos que el daño no era irreparable y que el patrimonio cultural no era el problema, sino lo que llevó a las mujeres a estar enojadas”, explicó Aya-huitl Estrada, restauradora por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía.
La especialista indicó que esa primera carta fue firmada por alrededor de 600 mujeres restauradoras: “En ese momento teníamos nueve mujeres asesinadas al día, números que no han bajado, al contrario, van a la alza”, aunque no todo fue aceptado, pues se trataba de un movimiento que rompía “con la idea de que los monumentos se tienen que mantener ‘maravillosos’ y sí, hay que cuidarlos, pero hay que cuidar a las mujeres. Se debe entender que apoyar públicamente algo no significa que lo vas a hacer”.
A partir de 2019, agregó Estrada, la “intervención de espacios públicos patrimoniales se replicó en otros estados. “En todas hacemos un llamado a la no criminalización y a señalar las problemáticas de fondo que orillaron a esas acciones”, dijo Estrada.
Entre las acciones que Restauradoras con glitter ha realizado desde 2019 a la fecha, está la recopilación fotográfica de las pintas en la Columna de la Independencia, que buscan procesar para luego mostrarlas en diferentes formatos.
Especialistas de Restauradoras con glitter durante una intervención en las vallas que en 2019 se colocaron alrededor de la Columna de la Independencia.
Soledad Solano Martínez
Clarinetista de Viento Florido
“Gracias a otras mujeres es que puedo estar yo en la banda, probablemente les costó el doble y seguramente en unos años habrá otras compañeras”
Fany Morán
Escritoras mexicanas
“La información que las escritoras mandan sobre su trabajo se sube a las redes, se promociona y queda en la página, un espacio de impulso a su obra”
Ayahuitl Estrada
Restauradora
“Expresamos que el daño no era irreparable y que el patrimonio cultural no era el problema, sino lo que llevó a las mujeres a estar enojadas”