Cuautepec es una zona de la alcaldía Gustavo A. Madero que ha sido calificada como punto rojo de la Ciudad de México por su alto índice de delincuencia.

Ahí, en medio de todas las casas, comercios informales y servicio de taxis pirata existe solamente una biblioteca, la Juventino Rosas, ubicada en ubicada en Apango 20, General Felipe Berriozábal, en un espacio que fue donado por la misma comunidad hace más de 20 años y que poco a poco ha conformado un acervo de libros de diferentes disciplinas.

La Biblioteca Juventino Rosas cumplirá 26 años el 12 de abril, pero desde hace cerca de cinco años, está a cargo de Andrea González, quien desde el viernes informó en una entrevista que se sumaría a la iniciativa Un Día Sin Nosotras, convocada por el colectivo feminista Brujas del Mar.

“Ya es hora de que las mujeres levantemos la voz para que todo el mundo se entere que nos están matando. Nosotras debemos manifestarnos y decir aquí estamos, somos de carne y hueso. Si no exigimos respeto no nos lo van a dar”, dijo González.

La encargada de la biblioteca agregó que uniría a la protesta con la esperanza de que las autoridades federales y locales cumplieran lo que informaron a través de diferentes oficios: “Espero que no haya represalias (por unirme al paro)”.

Así lo hizo Andrea González, se unió al paro y por lo mismo ayer la biblioteca se mantuvo cerrada.

Muchas lecturas en pocas cuadras
Muchas lecturas en pocas cuadras

Como cada lunes, a dos cuadras del lugar que depende de la Secretaría de Cultura capitalina y la Dirección General de Bibliotecas, se instaló el mercado que abarca cuatro calles por donde,

ayer al medio día, era complicado transitar por la gran afluencia de mujeres que acudieron a hacer el mandado ofertado tanto por hombres como mujeres.

En el mercado nadie parecía saber del paro, fue un lunes normal, con comerciantes preocupados por vender sus productos y amas de casa preocupadas por elegir lo mejor.

A unos 20 minutos de Cuautepec está la colonia La Escalera. En la calle Plan de San Luis 50 está el Centro Cultural Juventino Rosas, espacio dirigido por Fernando Ortega.

En el centro cultural ubicado aún dentro de la alcaldía Gustavo A. Madero, también fue visible la ausencia de las alrededor de 10 mujeres que ahí laboran.

“Está bien (el paro), es importante que las mujeres se manifiesten. (Aunque) como todo tiene sus pros y sus contras. Hubo mujeres (en la marcha) que fueron con un ideal, y un grupo de mujeres encapuchadas que echan a perder todo y con ello, dañaron la imagen de la misma mujer”, señaló Ortega.

El encargado del espacio cultural recibió a EL UNIVERSAL en una oficina, con tres escritorios, dos de ellos con computadoras vacías, porque normalmente son usadas por mujeres que decidieron sumarse al paro nacional.

En ese centro dan clases de danza folklórica, artesanías, música y yoga. Muy temprano, dijo Fernando Ortega, asistieron dos maestras que optaron por no dejar sus clases; sin embargo, las otras cuatro maestras no asistieron.

Afuera del Centro Cultural Juventino Rosas la situación cambia un poco, porque hay comercios y viviendas donde la ausencia de mujeres no se perciben del todo.

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