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En el marco del centenario de la película de 16 milímetros, el Museo Noguchi (Nueva York, Estados Unidos), presenta la exposición A Glorious Bewilderment: Marie Menken's Visual Variations on Noguchi, que destaca la relación creativa entre el escultor estadounidense-japonés Isamu Noguchi (1904–1988) y la cineasta experimental -y maestra de Andy Warhol- Marie Menken (1909–1970).
Entre 1945 y 1946, Menken filmó las esculturas de Noguchi, con movimientos “rápidos” y “frenéticos”. Este proyecto resultó en una cinta en blanco y negro, de cuatro minutos, que se titula Visual Variations on Noguchi, que se proyecta por primera ocasión en el museo, como pieza central de la muestra.
“El video ha sido considerado como un pie de página en la carrera de Noguchi porque él no participó en su realización. Pero la película tiene su propia vida porque es pionero en el cine experimental, fue de los primeros en tener un acercamiento tan radical en términos de técnica de filmación”, explica en entrevista la curadora de la muestra, Kate Wiener.
Además de la relevancia histórica de la cinta, el objetivo de esta muestra es reflexionar el por qué Menken se interesó en las obras de Noguchi para esta que fue su primera película en solitario.
Al respecto, Wiener explica que la cinta logra mostrar otras perspectivas de las esculturas, las que, por cierto, se exhiben junto al video, así como fotografías.
“No hay mucha información en torno a esta cinta, pero Menken dijo una vez que esas películas le permitían conocer con más profundidad el arte de sus protagonistas. Creo que en esta película ella muestra a profundidad el interés del movimiento, la fragmentación y la luz que tenía Noguchi, que son temas que a ambos les interesan y creo que la cinta celebra la inspiración que ella sentía por la obra de Noguchi”, agrega Wiener.
Ocho años después, en 1953, la cinta fue musicalizada con una pieza hecha por la compositora Lucia Dlugoszewski (1925–2000), quien también fue amiga de Noguchi y Menken.
“La cinta era muda. Ella era una compositora desconocida y avantgarde. Lo que Lucia hizo fue un intimidante collage de sonidos de ‘todos los días’, como ella los llamaba, como susurros, cerillos siendo encendidos, papel siendo arrancado. Ella descontextualizó esos sonidos comunes para mostrarlos de una nueva forma y así impactar al público. El sonido añade movimiento a la cinta”, señala la curadora.
Con esta colaboración de los tres artistas, Kate Wiener señala que permite ver la afinidad por el caos, la fragmentación y el movimiento que compartían los artistas.
La muestra estará abierta al público en el Museo Noguchi —que recién estrena dirección bajo el mando de Amy Hau— hasta el 4 de febrero.
A la par, el recinto trabaja en la primera gran retrospectiva, con cerca de 200 piezas, de la ceramista estadounidense Toshiko Takaezu, que inaugurará en marzo.