Con la aprobación de la , documento que contiene 22 puntos que servirán como hoja de ruta para el futuro de las políticas públicas en materia cultural, el viernes pasado concluyó

Entre los ejes que destaca la declaratoria se encuentran la protección al patrimonio cultural, la regulación de plataformas digitales y el acceso equitativo a contenidos culturales en línea.

Para algunos especialistas en políticas públicas , los acuerdos presentaron varias problemáticas, como la contradicción de los términos “mundial” y “global” para las políticas culturales; la falta de organización en las mesas y los discursos de algunos ministros, que cayeron en la repetición y en actos protocolarios.

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Para Carlos Lara , doctor en Derecho de la Cultura y fundador de Artículo 27, uno de los errores de Mondiacult tiene que ver con el manejo de términos empleados por la , ya que, afirma, fue un error pensar en la cultura como un bien global y no un bien mundial, hecho que se resaltó en el propio lema de Mondiacult durante las mesas previas y en los días del evento. “Desde la propia UNESCO y distintos ministros han seguido manejando, al menos a través de sus vías públicas de información, a la cultura como un bien global”, afirmó el especialista, quien explicó que el término “global” pertenece a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“Global no es sinónimo de mundial, viene de globalización y hace alusión a una realidad donde no existen las comunidades ni las naciones; yo sostengo que debió usarse el término de ‘mundialización’ porque sí hace referencia al mundo habitado por personas y defiende sus derechos y libertades; la globalización une todo lo que, para fines económicos, les funciona a los tenientes del globo en cuestiones económicas”.

Lara también cuestionó las tres propuestas de México para políticas culturales y afirmó, en la lógica de la globalización, que quedarían con efectos nulos. “Las propuestas que pone México sobre la mesa, la apropiación indebida de diseños y creaciones de comunidades originarias; el combate al tráfico de bienes culturales de procedencia ilícita y las condiciones laborales y sociales del artista, en la globalización son cuestiones positivas y aceptadas, incluso normales, en la ‘mundialización’ no; era deber de Mondiacult revisar y cuestionar estos términos”, expresó.

Para el especialista, aunque a lo largo de las mesas paralelas, en las discusiones previas y durante el evento mismo el término global fue empleado, se puede considerar un verdadero logro que la UNESCO establezca a la cultura como un bien público mundial en la declaratoria final. “Hace tres meses, en declaratorias previas, se establecía el término global en los documentos; es un acierto que la Declaratoria de la Cultura 2022 establezca a la cultura como un bien público mundial, es la primera reunión internacional que corrige este hecho, aunque se cuestiona que se haya hecho hasta el final”.

Carlos Lara
Doctor en Derecho de la Cultura
“No observé gente de la talla y el calibre para discutir estos términos (jurídicos y políticos) en ninguna mesa”

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Otro desacierto que detectó Lara es no concebir la cultura desde el derecho y la legislación. “Lo jurídico es lo que habilita lo político, eso no lo entendieron en Mondiacult; no observé gente de la talla y el calibre para discutir estos términos en ninguna de las mesas o debates”, dijo.

El especialista afirmó que no hubo un verdadero debate para concebir la cultura como un derecho.

“Se abordó, en los tres días que duró el evento, el acceso a la cultura desde las políticas públicas, eso fue un error, igual que en la cumbre de Mondiacult de 1982; debieron haber establecido el derecho de la cultura desde las constituciones de los países miembros, luego dar paso a la regulación legalmente y, al último, debatir de políticas públicas culturales, desafortunadamente lo hicieron al revés”, enfatizó.

Agregó que, por la ausencia de especialistas en materia jurídica , las medidas decididas por la UNESCO resultarían homeopáticas. “Son medidas en las que no pasa nada, sólo declaraciones de aquí y de allá sin efectos, ellos mismos se revolvieron en las políticas culturales sin pensar en la cultura como un derecho constitucional y convencional”.

Para Ernesto Piedras , economista cultural y Observador de Mondiacult, hubo dos dimensiones en Mondiacult, una dedicada a los discursos gubernamentales protocolarios y otra enfocada a organismos internaciones y empresas privadas. Para el consultor cultural, los discursos de los ministros y representantes de los países no ofrecieron nada innovador y, afirmó, no se avanzó con la agenda pendiente en políticas culturales.

Mondiacult: muchos clichés y pocas acciones
Mondiacult: muchos clichés y pocas acciones

Para los críticos, los reclamos y lamentos de algunos ministros impidieron que se debatieran propuestas que aporten algo al tema de las políticas culturales. Foto: Secretaría de Cultura

Ernesto Piedras

Economista cultural

“Los discursos cayeron en lugares comunes, en argumentos que ya han sido puestos sobre la mesa”

“Los discursos de los ministros, en la mayoría de los casos, cayeron en lugares comunes, en argumentos que ya han sido puestos sobre la mesa; destaco también que hubo muchas reclamaciones y lamentos, eso impidió que se debatieran propuestas que aporten algo al tema de las políticas culturales”.

Sobre las mesas de trabajo, Piedras dijo: “La parte ministerial fue básicamente protocolaría, no avanzó realmente una agenda, fue discursiva, en algunos momentos fue aburrida, en algunas sesiones los ministros no decían nada, entiendo que iban con posturas oficiales y les cuesta aventurarse a dar opiniones o propuestas... fueron lugares comunes, clichés, argumentos que ya habíamos escuchado desde hace décadas”.

Para el experto en economía cultural, la parte más destacada de Mondiacult 2022 fueron las propuestas del sector privado. “Puedo destacar la participación de Netflix en Mondiacult; a pesar de que no necesitan estar en un evento de este tipo, porque ellos pueden seguir creando contenidos a expensas de los bienes culturales inmateriales, que hayan estado presentes dice mucho, habrá que analizar con cuidado los acuerdos”.

Y agregó que los paneles dieron algunos resultados en materia de regulación de contenidos digitales. “La mesa donde participó Netflix fue muy interesante, hubo varios representantes, entre ellos de Indonesia, Colombia y el Banco Interamericano de Desarrollo; se abordó la manera de no mercantilizar los elementos culturales en las producciones audiovisuales”.

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Y subrayó: “En la mesa en que estuve presente se abordaron también cuestiones para formalizar la equidad de género en las producciones de plataformas, además de la equidad racial”.

Sobre el tema se consultó a la especialista en cultura y género, Lisa Moncada: “En todas las mesas sí estuvo presente el respeto por la otredad, pero nada más. Se hicieron promesas que tienen que ver con crecimiento económico porque estamos atravesados por la pandemia, pero no hay un llamado real a eliminar el patriarcado que impera también en los sectores culturales”.

Moncada hizo énfasis en el tema de los compromisos alcanzados y la falta de visión en el tema de igualdad de género. "Algo que no se logra es justo un compromiso en materia de género. Se hace un compromiso hacia fondos, programas gubernamentales que tengan que ver con el crecimiento económico, entonces se hace una focalización en las personas jóvenes, en las mujeres, pero no hay un llamamiento hacia una despatriarcalización que tenga como techo los derechos humanos para cualquiera de las políticas culturales y prácticas en cualquier país”, afirmó.

Sin embargo, la especialista destacó una mesa en la que se abordó la cuestión de género. "Es de notar la intervención de la ministra de Bolivia, que pone énfasis en la despatriarcalización de todas las políticas culturales y en tomar en cuenta el buen vivir. Hubo un buen posicionamiento de América del Sur, creo que es un buen inicio, pero nada más", concluyó.

Por otro lado, Eduardo Cruz , exdiplomático y coordinador del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura, afirmó que uno de los errores de la organización de la cumbre fue mantener la distancia entre los ministros y los periodistas y gestores culturales. “Hubo reuniones paralelas y foros que no se socializaron o se efectuaron en lo privado”.

Cuestionó que cierta información fuera inaccesible para prensa y otros participantes. “No hubo manera de acceder a mucha información, pero entendemos que hay una parte de silencio en acuerdos bilaterales”.

Lisa Moncada

Especialista en Cultura y género

“No hay un llamado real a eliminar el patriarcado que impera también en los sectores culturales”

Cruz enfatizó la falta de organización en la cumbre. “Faltó una lógica que permitiera más armonía para que todos sacáramos provecho. No se pudo acceder a mucha información, pareciera que el control de acceso a ciertos foros fue para que personas que no comparten su ánimo o perspectiva sobre el régimen actual no dijeran cosas que incomodaran a las autoridades.

“Me llamó mucho la atención que la política de comunicación de la Secretaría de Cultura fue ver si había café, no hubo un planteamiento especial para contratar gente, para mandar tarjetas informativas de cada mesa, para mantener al tanto a la prensa y a los espectadores”, agregó.

-El evento mundial de Cultura se celebró del 28 al 30 de septiembre en varias sedes de la Ciudad de México.

- Participaron cinco regiones del mundo.

- Asistieron 157 ministros de cultura y 193 delegaciones de varios países.

- Participaron 83 Organizaciones No Gubernamentales, así como 32 Intergubernamentales.

-Se sumaron también nueve organismos de Naciones Unidas.

- Se estimó una afluencia de 2 mil visitantes presenciales en el Auditorio Nacional y en Complejo Cultural Los Pinos, donde se realizaron las mesas de trabajo.

- Se establecieron 22 puntos que servirán como eje para las futuras políticas culturales.

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