Para presentar su más reciente libro, además de dar un recuento por la primera parte de su obra intelectual, el historiador Enrique Krauze eligió el formato de la conversación para hablar de su trayectoria y de las razones que lo llevaron a escribir Spinoza en el Parque México.
Rodeado de lectores, colegas y amigos, y con un auditorio lleno en las instalaciones de El Colegio Nacional, el también ensayista presentó su más reciente libro, el cual se inspira en conversaciones con José María Lassalle que indagan en sus orígenes y en su herencia judía, su pertenencia, su identidad, sus pasiones y desencantos.
Como una forma de homenaje a una de las mentes más críticas del México contemporáneo, la poeta Malva Flores, el crítico literario Christopher Domínguez, el periodista Jesús Silva-Herzog Márquez, y los historiadores Rafael Rojas y García Diego, examinaron el contenido de este nuevo libro al lado del mismo Krauze.
Foto: EL UNIVERSAL / Berenice Fregoso
“Spinoza en el Parque México es un libro de ideas, pasión, devoción; escrito como un dialogo, la forma más antigua de la tolerancia, el libro narra la historia de un joven y su formación intelectual, pero también su educación sentimental; a través de sus ojos, somos testigos de la diáspora judía en la historia de México”, expresó Malva Flores, que destacó el modo en que Krauze puede abordar temas de complejidad sin hacer uso de “un lenguaje indescifrable” además de la tenacidad y paciencia con que ha criticado los totalitarismos del siglo XX.
"Contra la soberbia de quien se imagina su propio autor, Enrique Krauze honra su tradición, o más bien, las muchas tradiciones a las que pertenece", expresó Silva-Herzog Márquez, e hizo el siguiente comentario. "En la edificación de su conciencia puede escucharse la palabra del abuelo, la experiencia del padre, el sufrimiento de los tíos; puede leerse la huella de sus filósofos, la estampa de sus novelistas, la vida de sus biografiados".
"Una de las características que con mala fe se le ha regateado a Enrique es que toda la obra de Enrique, como empresario cultural, como historiador, como biógrafo, como editor de revistas y de televisión cultural, ha sido una obra constructiva para la democracia en México", afirmó Christopher Domínguez y expresó que esos hechos son reconocidos por el público.
“Eso no lo saben los voceros de Palacio Nacional, tampoco los ideólogos ni los demagogos, esto es algo que el público sabe, que agota las ediciones de historia de Enrique y las miles y miles de personas que, en un cuarto de siglo han visto las series de televisión sobre la vida en México que Enrique ha producido, eso lo sabe la gente”, reiteró.
Foto: EL UNIVERSAL / Berenice Fregoso
Un país de extraordinarias figuras
En la recta final de la presentación, Krauze dirigió unas breves palabras: “Yo viví como un milagro tras otro el conocer a los personajes de México. Lo confieso, cada vez que me hablaba Octavio Paz, tenía que rascarme y preguntarme si realmente me estaba hablando Octavio Paz.
“Este ha sido un país de extraordinarias figuras literarias, intelectuales o culturales. Haber dedicado la vida a acompañarlas, a leer de ellas y a aprender de ellas, ha sido uno de los más grandes privilegios que he tenido; porque, además de haberme ayudado y haberme dado ojos y corazón para comprender a este país, también me abrieron ventanas al mundo”, expresó Krauze.
El autor finalizó su participación comentando la naturaleza del título de su nueva obra. “Al finalizar la obra, al poner el punto final, fui a mis archivos, al legajo que tengo de mi abuelo y encontré un poema mío, un poema en lápiz que escribí cuando el murió, ese poema se titulaba ‘Spinoza en el Parque México, en ese momento me di cuenta de que escribir un libro también es una novela, tenía el libro dentro de mí, ese poema era el trazo de este libro”.
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melc