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Los mexicanos Aaraón Díaz Mendiburo y Edgar Manuel Baltazar Amigón realizan en Canadá una investigación sobre los trabajadores agrícolas , incorporando la danza como medio de expresión y comunicación.
Ambos cuentan con estudios de posgrado en Trabajo Social y están enfocados en temas de migración, en especial en los casi 27 mil jornaleros mexicanos que laboran temporalmente en cerca de dos mil granjas canadienses.
Los dos mexicanos han realizado trabajo de campo con los jornaleros de Quebec e investigación en la región de Waterloo, Ontario. En la actualidad efectúan una gira con el Yautepec Grupo Folclórico del municipio de Yautepec, Morelos, para llevar a los jornaleros la tradición de la danza folclórica mexicana .
“La vida y la lotería: dos juegos de azar. Muestra de Bailes Mexicanos”, busca la difusión de nuestra cultura y la creación de empatía ante la situación de vida de las y los jornaleros agrícolas temporales, a través de la dinámica del juego de la lotería mexicana y de la riqueza de nuestras danzas, indicaron los expertos mexicanos en entrevista con Notimex.
El grupo Yautepec se formó hace 12 años y se ha presentado en Chile, Ecuador y Colombia. Sus seis integrantes presentan bailes tradicionales de los estados mexicanos de Yucatán, Sinaloa, Nayarit y Guerrero.
En su gira del 11 al 23 de julio se han presentado en el Kultrún World Music Festival 2018 en Waterloo; así como en las localidades de Lynden, Burford, Simcoe.
“Soy bailarín desde los 12 años y tengo 18 años bailando de forma comunitaria con diferentes asociaciones en Morelos", expuso Baltazar Amigón
"El objetivo de esta gira es traer la diversidad de identidad de México a los jornaleros agrícolas en Canadá”, agregó
Edgar Baltazar Amigón realizó una estancia de investigación con el Ballet Folclórico Puro México, de Toronto, para terminar su tesis de maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) titulada “Resignificación de los rasgos identitarios a través de la danza folclórica mexicana”.
Ahondó que en sus presentaciones incluyen coplas inspiradas en el juego de La Lotería y con relación a la vida diaria de los migrantes en Canadá: “De mi tierra los nopales, las sandía y los melones. Por aquí la miel de maple, las uvas y melocotones”.
Indicó que esto “se juga entre canadienses y mexicanos”. Sus "bombas" al estilo yucateco también incorporan los testimonios que los trabajadores les han compartido en sus investigaciones: “Una camarita en la farma (granja) como soldado en la puerta, no me deja trabajar con calma, nos vigila y no anda tuerta”.
“No sólo queremos traerles un poco de México a través de la danza, sino hacer una reflexión de su experiencia en este país a través de las coplas, vincularlos con la comunidad (...) visibilizarlos”, agregó Balzatar.
Aaraón Díaz Mendiburo, quien realizó un doctorado en Antropología en la UNAM con el tema de los jornaleros agrícolas de Quebec y ha realizado estancias de investigación en Waterloo, Guelph y Montreal, se refirió al Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales que opera entre Canadá y México desde 1974, y que permite un trabajo temporal, legal y ordenado.
“El programa está muy bien diseñado para cumplir su función: traer trabajadores agrícolas en forma temporal. Como está diseñado asegura mantener bajo el nivel de deserción, ya que uno de los requisitos es estar casado, con lo que los trabajadores quieren regresar cada año”, dijo.
Sin embargo, el investigador de los jornaleros desde hace 14 años, consideró que desde el punto de vista familiar y afectivo el programa “es perverso”, ya que separa a las familias por muchos meses (entre tres y ocho) y no brinda posibilidades de que sean residentes y traigan a Canadá a sus familias si así lo desean.
Precisó que desde la lectura del Trabajo Social el programa debería ir más allá de lo económico, buscar la manera de generar redes trasnacionales para que su vida fuera menos perversa, como apoyo en las comunidades de trabajadores sociales y psicólogos para atender, por ejemplo, lo que implica dejar a un niño de dos años sin el papá por casi un año.
Los investigadores reconocieron que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de México realiza un gran trabajo al coordinar el viaje laboral a Canadá de casi 27 mil jornaleros, hombres y mujeres.
Pero consideraron que el hecho de que su regreso a laborar a este país dependa del empleador, los coloca en desventaja porque a veces tienen miedo de decirle al patrón que están enfermos por temor a que no los vuelva a pedir.
Díaz y Baltazar coincidieron en que tanto Canadá como México podrían “y deberían” hacer más trabajo social para ayudar a los trabajadores, quienes se sacrifican varios meses sin ver a su familia para obtener los recursos y darles una mejor calidad de vida.
akc