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Viena. —El director italiano Riccardo Muti y la Filarmónica de Viena se sobrepusieron a las adversas circunstancias dictadas por la pandemia de coronavirus al ofrecer el tradicional Concierto de Año Nuevo. “Es extraño tocar en una sala vacía”, reconoció un emocionado Muti durante el recital, pero “seguimos aquí creyendo en el mensaje de la música, pese a un año horrible”.
La ligereza y el vitalismo de los vals, polcas y mazurcas de los Strauss y sus contemporáneos se colaron en las casas de millones de personas en más de 90 países gracias a la televisión y la radio.
En una desangelada Sala Dorada del Musikverein, Muti y la Filarmónica de Viena lanzaron su mensaje de esperanza por medio de la música a pesar de estar frente a una sala silenciosa en la que no se escucharon los clásicos aplausos de reconocimiento.
La realización televisiva abundó en la belleza de la Sala Dorada y en la cuidada decoración floral. Más de 30 mil lirios, rosas y orquídeas llenaron los planos televisivos para dar frescura al acto.
El más célebre de los conciertos abrió con valses y polcas de la dinastía Strauss, bajo la dirección, por sexta vez, de Muti y sólo con aplausos telemáticos.
Un ambiente fantasmal...
Aunque se sabía que la sala estaría vacía y silenciosa, el saludo inicial de Muti a un auditorio ausente y los primeros planos de un patio de butacas fantasmal resultaron sobrecogedores. La falta de cualquier reacción al final de cada pieza dio al recital un aire de ensayo y los músicos trataron de responder con una transición muy rápida que alteró el tiempo habitual del concierto.
Los aplausos telemáticos de 7 mil personas de todo el mundo por medio de una aplicación al final de cada bloque dieron algo de calor al acto, pero la imagen de los miembros de la Filarmónica de pie ante aquel vacío también dejó sentimientos encontrados.
En el concierto, que transcurrió de forma fluida, Muti dirigió un mensaje inusualmente largo y personal en el que reivindicó la música y la cultura como armas de paz y necesarias para la salud mental de la humanidad. “Los músicos tienen flores en sus ‘armas’, no instrumentos de muerte. Traemos alegría, paz, hermandad y amor. La música es importante no porque sea un entretenimiento, sino porque tiene la misión de hacer una sociedad mejor”.
Barenboim, el siguiente año
La Filarmónica de Viena anunció que el próximo Concierto de Año Nuevo lo dirigirá el argentino-israelí Daniel Barenboim por tercera vez (antes lo hizo en 2009 y 2014), con la esperanza de que para entonces todo haya vuelto a la normalidad.