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“Te tratan de volver cómplice de lo que eres víctima”, opinó la artista colombiana Cristina Ochoa luego de explicar la forma en que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ha postergado el pago de su trabajo por un meses, mientras la Fundación del Museo Tamayo le debe otro. Ella fue contratada bajo el régimen Capítulo 3000 —por honorarios— del que no cuenta con prestaciones ni con regulación de su salario, y no ha recibido su pago.

Ochoa es un caso más de la polémica #YaPágameINBA, hashtag que resultó luego de la queja de trabajadores que denunciaron su contratación bajo el mismo régimen, sin recibir por meses la remuneración.

El escándalo se había resuelto cuando autoridades del INBA informaron que el pasado 28 de marzo había concluido el pago a los prestadores de servicios profesionales contratados por Capítulo 3000; sin embargo, la también curadora proveniente de Colombia aseveró que hasta ayer no había recibido el pago por su trabajo durante el periodo de enero a marzo, cuando laboró en el Departamento de Educación del Museo Tamayo y al que renunció tras el paro que provocó la queja de los trabajadores del INBA.

Hasta el momento, Ochoa no ha recibido más que $600 correspondientes a horas extra. Aseguró que el INBA siempre la ha culpado a ella de no recibir su sueldo por falta de documentación, pese a que ya ha cumplido con todos los requisitos.

“Vivo en México desde hace siete años y los últimos cuatro años he tenido residencia temporal con permiso de trabajo; pero ahora estoy esperando que me den mi residencia permanente. Por eso todos los documentos que me ha pedido el INBA están en orden y los he entregado, RFC, Curp, todo”, explicó la artista, quien reconoció que se convirtió en cómplice al aceptar seguir trabajando sin remuneración alguna.

“Ya me habían advertido muchas veces antes de entrar a trabajar que el INBA no pagaba, pero las ignoré. Y desde que entré todo fue muy poco claro. Aunque no me pagaran, yo seguía esperando algún día el pago, pero siempre recibía la respuesta de que no había dinero”, contó la curadora en entrevista telefónica.

“Por problemas administrativos, que no tienen nada que ver con los trabajadores del Museo, no se puede trabajar en ese sector de la cultura en México. Hay falta de seriedad con respecto a las contrataciones y a los pagos”, lamentó Ochoa respecto a la administración del INBA.

La artista colombiana mencionó que incluso otros compañeros del Museo Tamayo sufrieron los mismos conflictos que ella y recientemente renunciaron a sus puestos de trabajo. “Hubo un momento cuando ya no nos respondían y si lo hacían nos culpaban a nosotros. En lo particular me pedían mi comprobante de domicilio después de cuatro meses en que se los había enviado 80 veces. Si uno no pregunta, exige e insiste, a uno no le hacen caso”, aseguró.

A pesar de que Héctor Domínguez, director de Asuntos Jurídicos, y Octavio Salazar, subdirector general de Administración, anunciaron que se habían concluido los pagos a los trabajadores que aún no complementaban su documentación, Cristina Ochoa recalcó que el desorden administrativo solapa la carente seriedad que existe en el INBA respecto al pago de los salarios.

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