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Es una historia de una injusticia racial que ha calado en la psique de los estadounidense, en parte porque es de lectura casi obligatoria para millones de estudiantes del país.
La novela "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee es ahora también un éxito en Broadway , después de la adaptación a la era de los Estados Unidos de Trump que el dramaturgo Aaron Sorkin ha hecho del clásico literario.
"Matar a un ruiseñor" es un texto sagrado en Estados Unidos, ganador del Premio Pulitzer en 1961 es inspiración para una película ganadora del Óscar.
Entonces, ¿por qué convertir un éxito de ventas internacional en una obra de teatro, y cómo hacerla fresca?
La respuesta es Sorkin, la mente creativa detrás del éxito de la serie de televisión "El ala oeste" y ganador de un Óscar por el guion de "La red social", película que narra la creación de Facebook.
Sorkin mantuvo la acción de segregación racial en la era de Jim Crow, pero la adaptó para una audiencia de 2018, en un país aún confrontado por su "pecado original" de esclavitud y con los liberales sedientos de esperanza bajo la administración de Donald Trump.
En la revista New York, Sorkin tildó su empresa como "una misión suicida".
Si se hace caso de las críticas publicadas desde el estreno, el jueves por la noche, en Broadway, Sorkin tiene un nuevo éxito entres sus manos, y eso que llevaba más de una década sin trabajar para el teatro.
Los mil 400 asientos del Teatro Shubert Theatre, donde la obra estará hasta septiembre de 2019, ya están reservados para los próximos meses.
La puesta en escena, dirigida por el galardonado Bartlett Sher, está protagonizada por Jeff Daniels como Atticus Finch, el abogado viudo de una pequeña ciudad que defiende a un hombre negro acusado injustamente de una violación en la década de 1930 en Alabama.
"Casos como este suceden cada día en este país: las personas son acusadas injustamente, especialmente si son de color", dice el actor Gbenga Akinnagbe, quien está haciendo su debut en Broadway como Tom Robinson , el trabajador acusado falsamente de violación por la hija de un padre racista.
"Si mi interpretación de Tom puede hacer que las personas ... empaticen más con los seres humanos que han sido dejados de lado, creo que habré hecho algo importante", dijo Akinnagbe a la AFP.
Sorkin insiste en que ningún suceso de la obra no ocurre en el libro, pero los únicos dos personajes negros significativos, el mal acusado Robinson y la criada Calpurnia, se han convertido en personajes más completos.
"Es el tipo de cosas que habrían pasado desapercibidas en 1960, pero en 2018, usar personajes negros solo como ambientación es tan sensible como incorrecto", explicó en la revista New York.
Finch, y no su hija Scout, narra la historia, además de ser el protagonista central, una idea que tiene un defecto dramatúrgico necesario.
"Él cree en la bondad fundamental de todos, incluso de los supremacistas blancos homicidas", escribe Sorkin. "Este conjunto de creencias será desafiado".
Si bien éste no comienza hasta el capítulo 16 de la novela, en la obra de teatro aparece minutos después de que se levante el telón.
Los niños Scout, Jem y Dill son interpretados por adultos, ya que los roles se consideraron demasiado complicados para los actores infantiles.
Los sucesos de la obra resuenan en los desafíos de los Estados Unidos de hoy en día.
Los últimos años han estado marcados por las protestas callejeras contra los asesinatos policiales de hombres negros desarmados. Los crímenes de odio han aumentado. La administración de Trump ha sido acusada de discriminación. La violencia racial ha vuelto a los titulares de prensa.
También el movimiento #MeToo y el caso central de la obra, una mujer que acusa injustamente a un hombre.
Lee dio su permiso a Sorkin para escribir la obra poco antes de su muerte en 2016, pero sus herederos demandaron a la producción, quejándose de que los personajes habían sido alterados y argumentando que la obra se había apartado del "espíritu" de la novela.
A última hora se llegó a un acuerdo: Sorkin acordó suavizar el lenguaje de Finch y eliminar una referencia a un rifle en el armario a cambio de dejar intactos los roles más importantes dados a los personajes negro.
Sorkin también optó por omitir "Go Set A Watchman", el controvertido primer borrador de Lee de "Matar a un ruiseñor" publicado en 2015.
"No es un homenaje o un ejercicio de nostalgia", escribió en la revista New York, sino "una obra nueva".
Frederick Weller, quien interpreta a Bob Ewell, el padre racista del acusador, mostró su satisfacción por trabajar con Sorkin.
"Sus palabras son mágicas, es como tener joyas en la boca", explicó Weller a la AFP, resumiendo su papel como "el personaje más despreciable" que ha interpretado.
"En última instancia, la obra es muy esperanzadora y aliviará parte del cinismo y la frustración ", dijo.
akc