Cuando el país celebraba las fiestas de fin de año por todo lo alto, en el se desarrollaba una verdadera masacre: alrededor de 60 empleados de la cultura fueron despedidos de manera sorpresiva. Eran parte del corazón de ese proyecto tan presumido por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su fiel feligresa, la secretaria de Cultura , pero aun así no hubo miramientos: ya no fueron requeridos para continuar este año en sus tareas operativas en la organización, logística, programación, difusión, etcétera, en ese nuevo espacio. Como prácticamente todos pertenecían al ominoso capítulo 3000, es decir, personal por honorarios sin derechos laborales, de un día para otro se quedaron con una mano atrás y otra adelante, sin indemnizaciones ni compensaciones de ningún tipo, en medio de la nada, después de haber dejado la piel en ese proyecto que, bien que mal, es donde la administración cultural de la se ha dejado ver y sentir con la organización de las vistosas emisiones de Original y la paquidérmica organización del Mondiacult, por decir sólo dos actividades que requirieron el duro esfuerzo de sus colaboradores. ¿Cuál fue el premio para estos trabajadores de la cultura que se pusieron las pilas e incluso algunos la camiseta de la 4T para que las cosas salieran lo mejor posible? Una patada en salva sea la parte y amenazas de sus mandos medios para no hablar con periodistas ni dar a conocer los hechos en las redes sociales porque al que cachen tendrá las puertas cerradas “en futuros proyectos”.Los despidos fueron por teleconferencia y los jefes principales, los pipiltin de la burocracia dorada cultural, no se tomaron la molestia de interrumpir sus merecidas vacaciones para ponerse a cortar las cabezas de sus macehuales. ¿Ponerse a hacer un tzompantli de capítulos 3000 en vísperas de Navidad? “Uf, o sea, ¡wey, estamos en la party! Que lo haga Godínez…”La Casa Miguel Alemán, la Casa Lázaro Cárdenas, el Cencalli, la Sala Miguel de la Madrid y La Garita se han quedado en algunos casos con una sola persona a cargo en ciertas áreas. ¿Cómo harán frente a las actividades del 2023 si se quedaron con la mitad del personal? Que la Coyolxauhqui los ampare.La razón de los despidos obviamente es que no hay dinero, un inconveniente que ya es un asunto sistémico en la Secretaría de Cultura y en todo el gobierno federal. Pero además de eso, a algunos afectados les revelaron un dato que llama la atención: la Secretaría de Cultura tiene una deuda millonaria que debe afrontar y necesita “optimizar recursos”. ¿De qué deuda se trata? Lo investigaremos, pero sea lo que sea ha provocado que de Los Pinos, “la casa del pueblo”, hayan echado de la manera más grosera a gente honrada del pueblo trabajador. Paradojas de la 4T. (Escríbanos a columnacrimenycastigo@gmail.com).

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