Si en el buscador de Google usted escribe: “La cultura no es un accesorio”, le aparecerán decenas, quizá cientos de noticias sobre la Secretaría de Cultura federal y sobre su titular, Alejandra Frausto, porque esa frase se ha repetido como un mantra desde 2018, cuando empezó la campaña por la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. “La cultura no es un accesorio, no es un adorno”, dice Frausto en cada oportunidad que tiene. Sin embargo, el titular del Ejecutivo, al parecer, no la ha escuchado. El pasado miércoles, en la conferencia matutina, le preguntaron a AMLO qué opinaba acerca de la preocupación de la comunidad artística por los recortes al sector, y respondió: “¿Quién es el elemento fundamental de la cultura? El hombre, la mujer, el ser humano y su dignidad. Entonces, si se está apoyando a la gente, como nunca, a los pobres, a los necesitados, si se están entregando becas como nunca, para que puedan estudiar los hijos de familias de escasos recursos económicos, ¿qué?, ¿eso no es cultura?, ¿eso no es educación? Eso es lo principal, el que destinemos todo a los seres humanos, lo demás es accesorio”. Caray, entonces, ¿la cultura es o no es un accesorio para la 4T?, ¿Lo que diga el dedito del Presidente?

¿Para quién son los libros que lanzarán los legisladores y el FCE?

El Fondo de Cultura Económica y la Comisión Editorial de LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados lanzarán una coedición de ocho títulos que abarcan temas de historia, medio ambiente, literatura y periodismo. Entre los títulos seleccionados están El laboratorio de la Revolución. El Tabasco garridista, de Carlos Martínez Assad; Memorias de campaña, de Francisco L. Urquizo; Náufragos españoles en tierra maya. Reconstrucción del inicio de la invasión, de Luis Barjau; Suku'un Felipe. Felipe Carrillo Puerto y la revolución maya de Yucatán, de Armando Bartra; El cambio climático. Causas, efectos y soluciones, de Mario Molina, José Sarukhán y Julia Carabias; México insurgente, de John Reed; y Guerra en el paraíso, de Carlos Montemayor. Lo que no informan ni los editores ni los diputados es si se trata de una colección para regalar entre los legisladores, que tanta falta les hace entrar a las historias contenidas en los libros, o si se pondrán a la venta, porque algunos de ellos ya han circulado en ediciones en papel revolución de distribución gratuita.

En defensa de la biotecnología

Más de 20 mil personas habían firmado, hasta la tarde de ayer, la petición “Conacyt : #SinBiotecnologíaNoHayFuturo No a eliminación de la biotecnología del reglamento del SNI”, que se encuentra en la plataforma change.org y donde científicos, estudiantes y muchos ciudadanos piden al Conacyt; a su titular, la doctora María Elena Álvarez-Buylla, y al Presidente Andrés Manuel López Obrador, que esta área forme parte de nuevo del reglamento del Sistema Nacional de Investigadores de donde se retiró. Hace una semana se dio a conocer ese cambio del reglamento en el Diario Oficial de la Federación. Los firmantes coinciden en la necesidad de reconocer la importancia de “la biotecnología en áreas médicas, industriales, de medio ambiente, en la creación de vacunas, materiales ecológicos, tratamientos de agua y demás procesos”. ¿Alguien escuchará?

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