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A mi manera es el nuevo libro en el que Marcos Fastlicht (Ciudad de México, 1942) cuenta la historia de su vida. Fastlicht generalmente es presentado como empresario, pero a sus 80 años ha experimentado diversas facetas, como la de galerista, la de ciudadano involucrado con su comunidad (fue presidente del Patronato del Museo Nacional de Antropología durante ocho años, así como presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR y miembro del Consejo Consultivo de la CNDH), marinero, golfista y asesor de las campañas electorales de Andrés Manuel López Obrador, entre muchas facetas más.
Marcos Fastlicht es hijo de Abraham Adolfo Fastlicht, judío exiliado en México de la Segunda Guerra Mundial, y Thelma Sackler. Aunque creció en el seno de una familia judía y celebró su bar mitzvá, Fastlicht se considera ateo. Sin embargo, al igual que su padre —que fue el primer cónsul honorario de Israel en México y fundó instituciones como el Centro Deportivo Israelita— ha estado fuertemente involucrado con su comunidad en Israel, con donaciones y recaudaciones para instituciones israelíes.
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Como dice el título del libro que publica Braun Ediciones/Printed Emotions, Fastlicht cuenta la historia muy a su manera, a su estilo rebelde y “desmadroso” que lo caracteriza desde su juventud (reconoce que no fue el mejor estudiante).
Sin el toque diplomático que uno creería que le caracteriza, Fastlicht comenta de forma clara y directa sobre su familia y entorno laboral. Por ejemplo, confiesa que cuando supo que su hija Sharon se casaría con Emilio Azcárraga, no le preocupaba que él no fuera judío, sino que fuera dueño de Televisa y estuviera siempre en contacto con modelos y actrices. “No me vaya a salir este un cabrón”, pensó en aquel momento, pero ahora, reconoce, lo hizo “sin fundamento”.
En lo político señala que aunque lo ha asesorado y han sido amigos por 20 años, no siempre ha estado de acuerdo con las decisiones de Andrés Manuel López Obrador; también cuenta que para las encuestas de Morena asesoró a Claudia Sheinbaum; como el libro salió antes de conocer quién iría por la candidatura presidencial, Fastlicht declaró que si ella perdía, se retiraba de “la grilla”, pero si ganaba, estaría “encantado” de seguir apoyando.
Arte y cultura
Marcos Fastlicht ha sido un empresario versátil; trabajó en construcción, en la distribución cinematográfica y hasta en el parque acuático Cici, en Acapulco. También incursionó en el mercado del arte. Compró la galería Sagitario, por la Zona Rosa. Ahí expuso José Luis Cuevas en los inicios de su carrera. La experiencia como galerista fue breve y tuvo sus momentos amargos, como una pelea con el artista Francisco Toledo, recuerda.
Pero esta experiencia, junto con sus contactos —hizo amistad con Pedro Ramírez Vázquez, Fernando Botero y Gabriel García Márquez—, lo prepararon para uno de sus trabajos preferidos: rescatar y presidir el Patronato del Museo Nacional de Antropología. De 2007 a 2015 gestionó remodelaciones en el recinto y publicaciones editoriales.
Actualmente es el presidente honorario del Patronato.
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Recorrido histórico
A mi manera, de Marcos Fastlicht, no sólo es un recorrido por su vida, sino también tiene un nutrido contexto histórico que va desde la Beatlemanía hasta la historia política de México desde los 60.
Además de mirar al pasado, Fastlicht hace una reflexión sobre el presente, a propósito de las consecuencias que dejó la pandemia de Covid-19, como que las personas, en especial los jóvenes, ahora viven con más temor y enojo.
“El futuro parece incierto. Los jóvenes enfrentan un panorama sombrío”, dice Fastlicht, quien también señala que el desarrollo de sucesos internacionales como la guerra en Ucrania, el avance de la derecha en Estados Unidos y la crisis económica no son escenarios alentadores. “Donde quiera que mire encuentro incertidumbre. Con 80 años a cuestas, observo un mundo que no está pasando por su mejor momento”, dice.