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antonio.diaz@clabsa.com.mx
El 19 de septiembre de 2017, a las 13:14 horas, como de costumbre en la colonia Guerrero, los niños tomaban clases en las escuelas Estado de Chihuahua y en la Primaria Italia, mientras que en la Plaza Reina de los Ángeles la gente paseaba o aprovechaba el gimnasio urbano, hasta que se produjo el sismo.
En esa parte de la Ciudad de México los colonos supieron que pasaba algo grave por el ruido que provocó la caída de una parte de la cúpula de la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, inmueble catalogado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que registró tan sólo en la alcaldía Cuauhtémoc 36 templos con daños divididos en tres categorías: “Severos”, “Moderados” o “Menor”.
En una reunión, el 19 de diciembre de 2018, expertos del INAH dijeron a vecinos que ya comenzarían los trabajos. Asistieron además una junta vecinal —coadyuvante del INAH— y el sacerdote Salvador Barba, enlace de la Arquidiócesis de México, e INAH.
“En aquel momento sólo nos dieron la información técnica de lo que se va a realizar en la iglesia, pero únicamente son ideas. Lo primordial es retirar la parte restante de la cúpula. Es un riesgo latente que con otro temblor se puede venir abajo, porque son más o menos 300 toneladas que quedan de cúpula”, dijo Marco Antonio Fuentes, sacristán de la iglesia.
En diciembre, los expertos informaron, según Fuentes, que pondrían “cuatro piernas”, dos al sur y las otras al norte, zona que colinda con viviendas. Además de una “piscina de madera” donde pondrían tezontle para hacer una “cama” que serviría por si hubiera algún imprevisto.
“Desde septiembre pasado nos han dicho que ya van a empezar, luego que en noviembre, luego que en diciembre. Después dijeron que esperaban terminar todos los trámites burocráticos en enero y empezar en febrero. Lo único que se acordó el 19 de diciembre fue la apertura de la calle Lerdo, porque los escombros fueron colocados hasta la banqueta y la gente pidió espacio para poder caminar”.
En un recorrido por la iglesia se constató la destrucción y que la caída de la cúpula perforó el piso. Hoy, 16 meses después —poco más de 500 días— hay humedad por las lluvias y nidos de pájaros al interior del templo.
El escombro acumulado superaba los dos metros de altura, por lo que colaboradores del templo sacaron los objetos religiosos que pudieron. Lo que no, como el presbiterio, el órgano e imágenes, fueron envueltos para protegerlos de la intemperie.
El sacristán dijo desconocer por qué la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, de la Secretaría de Cultura, comenzó labores a través de la empresa Sackbé, y después “sólo nos mandó una notificación en la que informaba que ya pasaba todo a manos del INAH, en septiembre de 2018”.
Pero hoy, para los vecinos y autoridades de la iglesia, lo más preocupante sigue siendo la estructura, pues han visto cómo el templo se ha deteriorado más.
La iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, señaló Fuentes, se enfrenta además a otro problema: el hundimiento. Ante ello, Sitios y Monumentos había propuesto un proyecto que contemplaba el retiro de la cúpula y un estudio de subsuelo a 30 metros de profundidad, para “tratar” de frenar el hundimiento.
“Hablaba de una cúpula más ligera de acero con recubrimiento de poliuretano o una de ladrillo, aunque supongo que harán la cúpula con el mismo material, lo que sería cometer el mismo error; sin embargo, ahora el INAH nos ha hablado muy claro, que esto es como un seguro de carro, que se abocarán a los daños del sismo, porque es para lo que da el presupuesto. Pero nos preocupa el hundimiento también. Dijeron que quedaría una parroquia funcional y de duración”, relató Fuentes.
Molestia en la comunidad. El descontento de los vecinos ha ido en aumento. Los escombros tapaban toda la calle, no había espacio para el paso peatonal, además han tenido que oír misa en una capilla provisional que fue montada en lo que eran las oficinas eclesiásticas.
“La capilla tiene capacidad para 70 u 80 personas, en comparación de las 300 personas que cabían en la iglesia. La gente ya se está desesperando, la escuela (Italia) no puede ocupar un ala completa que fue destruida por la caída de la cúpula. La SEP ya reconstruyó la escuela, pero no puede ser ocupada por el riesgo. Los vecinos no pueden ocupar las viviendas por el riesgo que hay”, indicó el sacristán.
La Primaria Italia funciona al 50%, aseguraron los vecinos, pero al solicitar un posicionamiento a autoridades de la institución, la respuesta fue que no tenían autorización para dar información.
Los colonos han externado su inconformidad, aún más por las acciones de las autoridades que “sólo vienen y toman fotos y testimonios, pero no vemos ningún avance”.
Una vecina recordó que pagó una misa de $750 para festejar los 15 años de su hijo. “Las condiciones para la misa no fueron las mejores. La fiesta de la patrona —2 de agosto— tampoco fue lo mismo, ha bajado la cantidad de feligreses. El año pasado sólo hubo puestos, dijeron que no podía haber juegos mecánicos por la vibración, pero se me hace ilógico porque los camiones pesados siguen pasando por aquí. El INAH viene pero no hace nada, sólo vienen, nos preguntan, toman mil fotos, pero de qué sirve si no han hecho nada”, dijo la señora.
De acuerdo con el sacristán, el INAH informó que esta semana armarán un andamiaje para bajar las cuatro pinturas de los evangelistas que están en la cúpula.
Otros casos. A 12 cuadras de la iglesia de la Guerrero está la Parroquia de Santa Catarina, donde el sismo “evidenció” el desgaste por humedad y hundimiento.
La Parroquia de Santa Catarina tuvo afectaciones en el campanario, la bóveda y muros. Al igual que en Nuestra Señora de los Ángeles, los trabajos comenzaron con Sitios y Monumentos y luego pasaron al INAH.
“En octubre de 2017 comenzaron a apuntalar, en enero de 2018 dejaron de venir sin explicaciones, difícilmente a representantes religiosos dan explicaciones, no dan escritos ni reporte”, comentó el sacerdote Jaime Paredes Cruz.
Recordó que por falta de recursos, los andamios colocados en un inicio fueron sustituidos por otros, cuya empresa cobraba menos. En los primeros meses de 2018 no hubo intervenciones, sólo reuniones, por lo que envió cartas a Sitios y Monumentos para abrir una capilla contigua y oficiar misa, pero la respuesta fue que no. Luego envió un nuevo escrito en el que informaba que el apuntalamiento no había sido terminado, pero ya no hubo respuesta.
“En Sitios y Monumentos cambiaron de director, hubo una auditoría y en agosto de 2018 nos informaron que ya no estaría a cargo. No dijeron por qué. El cierre de la parroquia afecta de muchas formas, como la sensibilidad religiosa y la afluencia de gente. El 25 de noviembre es la fiesta patronal, las de los últimos dos años las tuvimos que hacer en la calle, aunque han sido momentos para consolidarnos como comunidad. Las misas dominicales nunca han parado”, dijo.
Desde hace cinco meses, el padre Jaime Paredes también oficia misa en la Parroquia San Lorenzo Mártir. Ahí, indicó, el apuntalamiento del templo fue hecho por su antecesor, no por ninguna autoridad.
EL UNIVERSAL pidió información a Sitios y Monumentos de por qué y cómo se decidió que su Dirección iniciara los trabajos y después pasara al INAH, pero respondió que “por cuestiones de agenda” no podía hacer comentarios. La solicitud se hizo antes de que Arturo Balandrano asumiera el pasado 2 de febrero esa Dirección.
Diego Prieto, director del INAH, dijo que los trabajos en estos espacios no han comenzado porque “en muchos casos no se ha dado continuidad a los trabajos por la gestión del recurso. Todo está cubierto, lo que no está es la liberación de los recursos porque hay que gestionar uno por uno. Prevemos concluir todo para 2020”.