¿Cómo será la recuperación económica después del obligado confinamiento social por la pandemia de Covid-19?, ¿qué se vislumbra en el futuro cercano?, ¿acaso nuestro país y el resto del planeta retornarán al estado que había antes?
De acuerdo con Alejandro Álvarez Béjar, académico de la Facultad de Economía de la UNAM, vivimos en un ambiente de profunda incertidumbre, de modo que la crisis actual se debe tomar con cuidado y no extrapolarla a la ligera, porque no se parece a ninguna otra del pasado.
“En efecto, ha habido crisis por pandemias, pero ésta es producto de un modelo económico de intercambio global de altísima intensidad. En un sentido amplio, puede compararse con las crisis desatadas por pandemias anteriores, pero ni la interrelación ni la intensidad de los vínculos de la de ahora se dieron en ellas. Tal condición nos alerta a tener en mente que estamos frente a un fenómeno único”, agrega.
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Además, es una crisis que presenta un doble shock de oferta y de demanda. De oferta, porque el confinamiento ha hecho que muchas actividades económicas se detengan; y de demanda, porque aquélla ha provocado la pérdida de empleos e ingresos.
“Ha habido un aumento de la pobreza y una recaída severa del consumo. Éste es un fenómeno global que se va a expresar asimétricamente por dos razones: porque la pandemia no ha golpeado de manera idéntica a todos; y porque no todos los gobiernos han tomado las medidas necesarias para afrontarla, entre otras cosas porque no tienen recursos. Así, es una crisis que ahonda las desigualdades que había antes.”
Caída del PIB
Para Álvarez Béjar, el gran reto es frenar la caída de la economía y asegurar que haya una reactivación. Aun así, lo más importante es que esa reactivación se sostenga porque, si no hay condiciones sanitarias, volverá a caer la economía.
“Si el confinamiento no trae el control de la pandemia, habrá recaídas permanentes en la actividad económica. El confinamiento es un recurso necesario mientras no se tenga la inmunidad de rebaño”, abunda.
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Por si fuera poco, esta crisis agravó las desigualdades preexistentes. En el caso de nuestro país, las élites dejaron al país en una condición de desastre, por lo que el sistema de salud no está a la altura de las circunstancias presentes y de las que vendrán.
“Hoy en día está de moda culpar a la pandemia de la crisis. Ciertamente es un factor, pero después de la crisis financiera internacional de 2008-2009 se instaló una economía global maltrecha, con crecimiento bajo y desempleo alto, con distribución desigual de los ingresos y con problemas en las finanzas públicas. En medio de esta desigualdad llegó la crisis sanitaria y descompuso aun más el escenario. La pandemia no es la responsable de esta descomposición, aunque sí una condicionante para salir de la crisis, toda vez que sólo si se controla habrá recuperación económica.”
En cuanto al manejo de la pandemia, también se advierten asimetrías y grandes contrastes. Los países exitosos son Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Vietnam, Cuba y China.
Toma de decisiones
Por lo que se refiere a las vacunas, se ha entrado en una fase complicada, al grado de que en la Organización Mundial del Comercio (OMC) se discutió la posibilidad de que no se aplicaran temporalmente sus derechos de propiedad intelectual para que todos los países pudieran producirlas.
“¿Cuál fue la respuesta de las transnacionales que controlan la producción de las vacunas? ‘Ni hablar del tema. Nada. El que las quiera, que pague por ellas’”, dice Álvarez Béjar.
Otro tema fundamental, según el académico, es el de los apoyos a la población, ya que el despliegue de una inversión pública destinada a la vivienda, la distribución del agua, el transporte y los alimentos permitirá sobrevivir a los efectos de la pandemia en mejores condiciones.
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“¿Cómo se le dice a la gente que se quede confinada, si tiene que salir todos los días a ganarse el sustento. Además, cabe recordar que la población informal es mayor al segmento social que tiene un empleo formal.”
En opinión del Álvarez Béjar, la situación actual comparte algunos rasgos con la que se dio en los años 30 del siglo XX, en el sentido de que hay una declarada depresión económica, por lo que se requiere sincronizar apoyos, asegurar bienes comunes y plantear cuestiones colectivas que contribuyan a controlar la pandemia y relanzar la economía.
“Pero como entonces, estamos en el peor de los mundos posibles, con el nacionalismo a la alza, el control oligopólico de la economía y una actitud enfermiza en contra de la actividad estatal, cuando ninguna entidad de la iniciativa privada podrá resolver la crisis. Agotado el modelo económico anterior, es necesario construir bienes públicos sólidos que permitan superar esta oleada, porque lo que sigue es la amenaza del cambio climático, fenómeno que habrá que encarar cuando salgamos de la pandemia de Covid-19. Debemos reconocer las cosas como están para tomar decisiones. Pocas, pero en la dirección correcta”, concluye.
Frase
“Debemos reconocer las cosas como están para tomar decisiones. Pocas, pero en la dirección correcta”. Alejandro Álvarez Béjar. Académico de la Facultad de Economía de la UNAM.