Entre pasillos repletos de colores, aromas de alimentos, hierbas medicinales y música regional, es como la Fiesta de las Culturas Indígenas da la bienvenida a quien quiera disfrutar del patrimonio cultural que estos pueblos le heredan al país.
Mientras el Cuarteto Dos Siglos —instalado en el quiosco del Zócalo capitalino— toca La Bikina , una señora pregunta a quienes caminan frente a ella si desean probar el mole de frutas, el de manzana o el pipián elaborado por sus manos, al tiempo que ofrece una cucharita con dicha pasta.
Mujeres portadoras de largos y coloridos vestidos, hombres con camisas bordadas; una oferta cultural copiosa: juguetes artesanales, ropa, comida, hierbas medicinales, instrumentos musicales y hasta masajes.
Los trajes típicos pensados en verde, blanco y rojo se convierten en el heraldo de septiembre junto a los 109 años de independencia que México celebrará el próximo mes.
Foto: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO.COM, archivo
En una especie de choza instalada para impartir charlas sobre las culturas indígenas, un hombre de una comunidad originaria pregunta a los asistentes si todos han comido tortilla alguna vez.
—¿Y de dónde viene el maíz?—, pregunta y se responde: —viene de Coxclatán, un pueblo cerca de Tehuacán, Puebla. Esta planta proviene de una semilla un poco más grande, llamada teocintle, madre y padre del maíz—, explica él.
Durante el recorrido por la Fiesta de las Culturas Indígenas , cada paso ofrece al visitante algo nuevo: mezcal, tepache, miel y aguas de tuna o de horchata con maíz rojo. Las tlayudas, los dulces de nopal y la nieve de garambullo son también una invitación a probar y conocer.
La Fiesta de las Culturas Indígenas , que a partir de ayer recibe de nuevo a sus visitantes, se encuentra instalada en la explanada del Zócalo de la Ciudad de México , y durante los próximos cuatro días seguirá mostrando una diversidad de culturas, con sus colores, texturas y sabores.
fjb