Los invasores de la casa de Octavio Paz

Los invasores de la casa de Octavio Paz

Hace unos días, Ángel Gilberto Adame escribió en estas páginas su columna “Un intento de despojo”, en la que narró la situación en la que se encuentra uno de los inmuebles de la familia Paz Tramini y contó lo que significó esa casa ubicada en la colonia Nochebuena de la Ciudad de México para la familia de Octavio Paz. Gracias a quien fue notario de Marie José Tramini, viuda del Nobel de Literatura, nos enteramos que esa casa perteneció a los Paz desde 1940 y que durante años fue un punto de encuentro para los tíos, primos y sobrinos del poeta. La casa era de Josefa Lozano, madre del escritor. Él la adquirió por adjudicación de herencia en 1980 y transformó la planta baja en una bodega y el primer piso lo convirtió en la vivienda de quienes cuidaron a “doña Pepa”. En 2016 unos hombres se presentaron en el domicilio con el objetivo de desalojar a los habitantes porque, aseguraron, el lugar había sido vendido. Los invasores, contó Adame, mostraron un título de propiedad falsificado a nombre de un tal señor Abarca. Ante este abuso se inició un procedimiento legal y Marie José buscó apoyo local y federal que nunca recibió. Ella murió sin ver resuelto este intento de despojo que, explicó Adame, está a punto de resolverse. De esta historia surgen varias interrogantes: ¿quién le negó ese apoyo a Marie Jo y por qué?, ¿ya le avisaron a Alfonso Suárez del Real por qué, por el momento, no es posible pensar en la biblioteca que, como ha declarado a la prensa, le gustaría crear en ese domicilio cuando sea el próximo secretario de Cultura de la Ciudad de México? Y es que no sólo es por el proceso legal, también es porque está habitada. Por desgracia, esta clase de delitos son cada vez más comunes. Y, como planteó Adame, si esto fue posible con una propiedad a nombre de Octavio Paz, ¿qué podemos esperar los demás?

¿Los etiquetados no serán lo que solían ser?

Resuelto el tema de la Comisión de Cultura y Cinematografía en la Cámara de Diputados, más de uno tiene la mira puesta en armar su expediente para emprender la búsqueda de los recursos tradicionalmente conocidos como etiquetados. ¿Cómo será? Todavía no es claro. El tema, lo dijo el presidente de la Comisión, Sergio Mayer, lo empezará a ver. Sin embargo, nos cuentan, otros sectores en la propia Comisión ya anuncian grandes cambios; así lo hizo saber la diputada Xochitl Zagal, durante un foro de cultura realizado el pasado jueves, en la propia Cámara. Ahí planteó que el presupuesto federal estará etiquetado para proyectos pero que los diputados “ya no van a servir” para bajar recursos. Lo que se nota que no ha cambiado es la falta de información pública sobre estos famosos recursos.