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El sector cultural ha gastado a través de sus unidades administrativas y de sus órganos desconcentrados, como el INBA y el INAH, 214 millones 442 mil 146 pesos al año en fiestas para sus empleados, como preposadas, regalos por el día de las madres como relojes, vajillas y dvd; festejos del día del padre, del maestro y del niño; gasolina, celular, renta de autos y estacionamiento para los empleados de áreas de mando; arrendamiento de inmuebles, desayunos y bocadillos, florería para eventos y oficinas, vales de despensa para premiar a empleados del mes, entre otros conceptos, que podrían considerarse “superfluos”.

Este monto equivale al presupuesto de una edición del Festival Cervantino, que en 2018 contó con 105 millones, e incluso para una edición de la FIL Guadalajara, que fue de 115 millones. Con esa cifra también se podría cubrir los presupuestos anuales juntos de la Compañía Nacional de Ópera, de alrededor de 48 millones; de la Nacional de Danza, que ha sido de 18 millones; de Radio Educación, previsto para este año de 76 millones; y del Instituto de Derechos de Autor, con 70 millones anuales.

En diciembre, ante el reclamo de la comunidad por el recorte al presupuesto cultural que propuso el Ejecutivo, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, acudió a un encuentro con la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados y aseguró que habría un ahorro en gastos “superfluos”. Y citó tres ejemplos: renta de coches, botellas de agua y arrendamiento de edificios (sin precisar cuáles).

Días después, Antonio Martínez, responsable de Comunicación Social de la Secretaría de Cultura, informó en su cuenta personal de Facebook que el contrato de las botellas de agua E-pura costaba 600 mil pesos al año, con ese dinero, escribió, “se puede dotar de acervo a una biblioteca municipal”. Y dio a conocer que se destinaban “poco más de 30 millones” a los autos “de altos funcionarios”, dinero que podría usarse para “dar atención a la conservación y manejo de la zona arqueológica de Tula”.

El presupuesto se fijó en 12 mil 894 millones 90 mil pesos, que se deberán gastar en las unidades administrativas de la dependencia, así como en órganos desconcentrados como el INBA y el INAH, oficinas que a lo largo de los años ha gastado en conceptos superfluos, muchos de ellos asignados por “acuerdos sindicales”.

Se solicitó a Comunicación Social de la Secretaría de Cultura una relación de los gastos superfluos que ha detectado y cuáles son los que se dejarán de realizar. Además se cuestionó si los regalos, vales, incentivos y gastos por celebraciones para empleados sindicalizados están considerados dentro del gasto oneroso y si se omitirán. Al cierre de edición no se obtuvo respuesta.

En el Portal de Obligaciones y Transparencia (POT) se han hecho públicos datos que permiten conocer algunos ejemplos de cómo se distribuye el gasto en el sector cultural. EL UNIVERSAL ofrece una aproximación del gasto anual en rubros que, en muchos casos, cuentan con contratos que se han celebran año con año desde hace poco más de dos sexenios.

Madres millonarias. De acuerdo con el POT, en 2016 el INBA pagó por “servicios integrales para los eventos del día del niño, de las madres, del padre, del maestro, entrega de estímulos por antigüedad, aniversario del instituto y preposadas” 15 millones.

Aunque no hay un desglose de ese gasto en particular, en años anteriores hay ejemplos que permiten conocer los criterios. El 19 de julio de 2011 se pagó al restaurante Western 532 mil pesos para una comida por el día del maestro y premio de antigüedad. Y por el día del padre, 176 mil; para las madres fueron 892 mil pesos. En 2010, una fiesta para las madres en San Ángel costó 265 mil pesos.

Además, a empleados del INBA se les ha celebrado con vales de despensa; en 2014 se contrataron vales del día del niño, de las madres, del maestro y del padre, por 8 millones 100 mil pesos. El POT indica que este tipo de conceptos se han determinado por “acuerdos sindicales”.

La Secretaría de Cultura también ha gastado por el día de las madres. En 2015 hizo una “adquisición de relojes” para festejar este día por 428 mil pesos. En 2012 se compraron más “regalos”: sartenes y “tripak” por 81 mil pesos. En 2010 se adquirió en una tienda “dvd” de la marca Daewo por 455 mil pesos y mil 30 vajillas por casi 302 mil pesos. El INBA también ha celebrado a las madres, en 2010 gastó 139 mil pesos en relojes.

Pero también la Secretaría adquirió vales de despensa para el “Premio Servidor Público del mes”, sólo en septiembre de 2014 gastó un millón 281 mil pesos. Si el gasto fue cada mes, habrían sido unos 15 millones ese año.

Para gasolina, en 2016 el INBA gastó 2 millones 726 mil pesos; la Secretaría de Cultura, 17 millones en tarjetas electrónicas, y el INAH, 14 millones. En total, 33 millones 726 mil pesos.

Otros gastos. En 2014, el entonces Conaculta gastó 3 millones 725 mil pesos para servicio de alimentos como “coffe break, bocadillos, box lunch, bufetes, desayunos y comidas completas” para “eventos”. El agua en garrafón, despachadores y botellas individuales generó un gasto por un millón 181 pesos. Ese año también se invirtió en servicio de telefonía celular para servidores públicos que requieren estar “en permanente comunicación”, un millón 115 mil pesos. Y un millón más para servidores públicos que por normatividad les corresponde, como el titular de la Secretaría.
Los insumos de cafetería también se cargan al erario. En 2014 el INBA pagó 320 mil pesos en un mes, y el Cenart, 30 mil.

Los arreglos florales es otro rubro. El Cervantino contrató un lote de “flores surtidas” en 2014 por 82 mil 327 pesos. Para arreglos en la oficina del titular de Cultura se pagaron 100 mil pesos sólo en un mes ese mismo año.

Arrendamientos. La Secretaría de Cultura en el informe de Rendición de cuentas de conclusión de la administración 2012-2018 detalla que arrienda siete inmuebles: la Secretaría de Cultura (oficinas); 4 millones 575 mil 940 mil pesos. El almacén Central Bellavista; 253 mil 280 pesos. La Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, 504 mil 303 pesos. El Centro Cultural Helénico, 684 mil 499 pesos. El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes / Fomento Musical, 857 mil 955. El Instituto Nacional de Derechos de Autor, un millón 665 mil 893 pesos. En total, 8 millones 541 mil 870 pesos.

A esto se debe sumar el arrendamiento de otras dependencias, como la Subdirección General de Educación e Investigación Artística del INBA. En total, el INBA arrenda 11 inmuebles (no especificados en el Informe).

En 2014 el entonces Conaculta declaró que arrendó vehículos sedán, camionetas van, pasajeros y tipo pick up por 16 millones 648 mil pesos. En el Informe, la Secretaría no especifica montos por este concepto pero indica que actualmente arrenda 182 autos.

Pero no sólo se gasta en autos, también en estacionamiento. En 2016 se pagó el arrendamiento de un mínimo de 110 y un máximo de 160 cajones para servidores públicos de la Secretaría, por 2 millones 630 mil pesos.

En el INBA también se paga estacionamiento. Por ejemplo, en la calle de Mesones para grupos artísticos como el Coro de Madrigalistas, Solistas Ensamble y Compañía Nacional de Ópera se arrendaron 46 cajones por 372 mil pesos en 2015; para la Sinfónica Nacional se alquilaron 80 cajones por 662 mil 299 en 2014; en el Centro Cultural del Bosque se rentaron 60 cajones por 865 mil pesos en 2013. Otros 172 mil pesos para 13 cajones para el Museo Nacional de Arte. En suma, al año se puede invertir más de 5 millones 127 mil pesos.

Juicios laborales. En 2017 la entonces secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, estuvo a punto de ser destituida y consignada ante un juez penal por el delito de desacato a un mandato judicial por no cumplir con la sentencia de dos juicios laborales perdidos en 2011. La dependencia entregó a la Suprema Corte los datos del cumplimiento y se evitó la histórica destitución. A la fecha existen pasivos por cuestiones laborales.

Al 30 de junio de 2018 se tiene en proceso 366 juicios laborales que, en caso de que se perdieran, representaban un monto de 81 millones 600 mil pesos. Mientras que en el INBA, al 30 de septiembre de 2018, el pasivo laboral representa, por los juicios con laudo firme en contra, 89 millones 988 mil pesos. Estas cifras no fueron incluidas en el aproximado de 214 mdp.

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