El Presidente no deja de ver moros con tranchetes. Ahora resulta que, según él, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara no es uno de los eventos literarios más importantes del mundo, sino una reunión en la que los conservadores y (casi casi) la extrema derecha conspiran en su contra. Suena difícil de creer porque no es posible que tanta gente, invitados nacionales e internacionales, estén pensando en cómo hacerle daño a la 4T. Parece que tener el hábito de leer, ser crítico y ejercer la libertad de expresión es algo reprobable para el mandatario, al menos eso dio a entender en su conferencia del martes, en la que calificó a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de ser un “foro del conservadurismo” debido a que la diputada Patricia Armendáriz, de la bancada de Morena, fue rechazada por el público en una conferencia al presumir la gestión López Obrador. Está claro que al gobierno no le gustan los eventos donde no haya sólo alabanzas a la 4T.
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Las lógicas de la austeridad no aplican para las pasarelas
A cuatro años de que la 4T bautizara a Los Pinos como “la residencia oficial de la cultura del pueblo”, ¿realmente el espacio es del pueblo? Por ejemplo, para la conferencia internacional Mondiacult se eligió al Complejo Cultural Los Pinos como sede para que ministros debatieran sobre políticas culturales; claro, se escogió un lugar en el que no faltan recursos ni cuidados para no mostrarle al mundo que otros espacios, museos y centros culturales se encuentran en el abandono por los recortes presupuestales. Ahí también se realizó Original, encuentro textil para apoyar a artesanos, cuyo derroche contrastó con la lógica de la austeridad.
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