Lo que como Encargada del gobierno delegacional de Iztapalapa —entre diciembre de 2009 y septiembre de 2012, por el PRD— no pudo o no quiso hacer Clara Brugada, ahora en su gestión como alcaldesa de la misma demarcación —sólo que por Morena—, quiere hacerlo ahora sí. Nos cuentan que el martes, al anunciar el tendido de libros que tendrá el Fondo de Cultura Económica (FCE)/Educal en Iztapalapa, la política morenista dijo que quiere convertir a esa demarcación en una “gran lectora” y para ello dicen que prometió que en tres años (concluirá su gestión en 2021) creará 20 nuevas bibliotecas que estarán a cargo de la Dirección General de Bibliotecas; 15 Utopías, espacios para la recreación; producirá 300 mil libros que distribuirá de manera gratuita, y que abrirá bibliotecas en barcos y aviones. Nos cuentan que hasta quiere abrir una gran librería del FCE, que porque la que el Fondo y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México abrieron en 2018, en el Faro de Oriente y que llamaron Eusebio Ruvalcaba, le parece muy chiquita para sus grandes planes. Al menos eso respondió cuando le recordaron la existencia de ese espacio cultural que, por cierto, dijo, está concesionado.

¿Por qué en el Zócalo la gente sí se puede subir a “Petra” aunque es una pieza de museo?

Con motivo de la conmemoración del 109 aniversario del inicio de la Revolución mexicana se trasladó la locomotora mejor conocida como “Petra” desde el Museo de los Ferrocarrileros, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero, hasta el Zócalo de la Ciudad de México. Llama la atención que en el museo, con la máquina había no uno sino varios letreros que indicaban “No subir”, incluso en una entrevista, Salvador Zarco, director del recinto, dijo que la gente no podría subirse porque “son piezas de museo, son para observarse nada más”. Sin embargo, a su llegada al Zócalo esos letreros desaparecieron. Ahí no paró la cosa, pues como parte de la recreación de algunos pasajes históricos, varias personas se subieron a la máquina, y si usted creía que tras la escenificación terminaría todo, lamentamos informarle que no; el público ha continuado subiéndose en la locomotora. La noche del domingo, “Petra” —de más de 100 años de antigüedad— regresará a su museo, aunque surgen algunas dudas sobre en qué estado será devuelta, ¿requerirá un proceso de restauración?, ¿quién autorizó que en el Zócalo la gente sí pueda subirse a la máquina?

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