El filósofo neerlandés Rob Riemen asegura que “el arte de ser humanos radica en la nobleza del espíritu”, incluso apunta que ser humano es un arte y no una ciencia, y que es un arte de cada individuo, tal como lo sustenta en su nuevo libro "El arte de ser humanos. Cuatro estudios (Taurus, 2023), un libro que nació por una carta con preguntas profundas que le envió un grupo de jóvenes mexicanos, estudiantes de filosofía de la UNAM, en 2020. Riemen respondió breve a esas preguntas, pero su reflexión lo llevó a escribirles una carta en la que habla de México, del miedo que vive la sociedad, del narcotráfico, de la corrupción y del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien califica de demagogo, “falso mesías”, autoproclamado “salvador del pueblo” y fascista.
El arte de ser humanos se divide en cuatro estudios: “La guerra como aprendizaje: Carta a mis estudiantes mexicanos”; “De la estupidez y la mentira”; “Sobre la valentía y la compasión”; y “El miedo y la musa”. Y es la obra más reciente del filósofo que en 1994 fundó (y preside desde entonces) el Nexus Institute, un foro independiente cuya vocación es fomentar el debate filosófico y cultural, así como la reflexión intelectual.
Riemen visitó México para presentar su libro, ofrecer conferencias y encontrarse con los estudiantes y maestros de la UNAM con quienes ha mantenido correspondencia. En entrevista con EL UNIVERSAL, el también autor de Nobleza de espíritu. Una idea olvidada y Para combatir esta era asegura que las sociedades están cada vez más lejos del arte, la cultura y el humanismo, y más cerca de las matemáticas, la ciencia y la tecnología y eso genera robots que no se sienten afectados por las guerras, como la guerra de Israel y Hamás que, reconoce, es el contexto donde su libro se hace más relevante.
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¿El contexto mundial con la guerra entre Israel y Hamás le da un sentido más profundo a los valores de humanidad que aborda en el libro?
Creo que la gente que ahora va a leer el libro, de hecho, lo va a leer con las referencias de lo que está sucediendo ahora, y de cierta manera, debido al horror que estamos enfrentando, espero que la gente se dé cuenta que este libro es más relevante que nunca, porque la masacre que los bárbaros de Hamás cometieron, matando bebés y niños, es atroz. Incluso en la guerra hay reglas y la regla principal de una guerra es que se atacan los objetivos militares, ese es el enemigo, y se trata de evitar, hasta donde se pueda, matar a civiles inocentes. Así que enfrentamos el fenómeno de gente que ya perdió su propia humanidad si empiezan a matar bebés, entonces ya no tienes sentido humano, ya lo perdiste.
¿Dónde buscarnos como seres humanos si olvidamos el misticismo y optamos por lo racional y la ciencia?
Eso es verdad y por eso siento mucha pena por la generación joven, porque no han escogido ser parte de una sociedad que deliberadamente ha escogido olvidar las lecciones de la historia. La amnesia está organizada por nosotros, no por ellos, y además le estamos lavando el coco, porque están en universidades donde lo más importante de la educación es la ciencia, la tecnología, la economía y las matemáticas. La idea de las humanidades ya se fue, ya no está. Lo que necesitamos es cultivar este arte de ser humanos. La respuesta que es tan vieja como Confucio, Buda, Sócrates o los profetas hebreos, es trabajar sobre la formación espiritual. Sócrates le llamaba Paideia, Emerson la llamó educación liberal, el significado original de la cultura viene de la frase de Cicerón, el filósofo romano, que escribió: Cultura animi autem philosophia est, que quiere decir que el cultivo del alma humana es la búsqueda de la sabiduría.
Habla de México y sus problemas de violencia y corrupción, del presidente como “falso mesías” con sus sermones diarios, ¿el contexto es muy adverso para pensar en una vida mejor y en trabajar por una sociedad más justa?
Cuando escribí este libro no estaba enterado de cosas de las que me he enterado estando aquí. No sabía que había tantos problemas, si lo hubiera sabido hubiera escrito unas páginas más en el libro para tratar de explicar a este señor Obrador. Es un hombre sumamente mediocre, que por buenas razones no está interesado en ciencia, conocimiento, arte o cultura, porque si se viera en ese espejo tendría que reconocer que es un cero a la izquierda completo, se daría cuenta que su mente está absolutamente vacía. Se siente muy orgulloso de que hace mucho tiempo leyó un libro, el 1984, de George Orwell, que desgraciadamente no interpretó bien. Desgraciadamente pensó: “Ah, este es el mundo real, así debería ser”. Así que hizo copy-page de Orwell y decidió empezar todos los días con un discurso de odio, y dijo: “Bueno, en lugar de dos minutos de odio, yo voy a hacer una hora de discurso de odio y decir cuáles son los enemigos del pueblo”. Además dijo: “Voy a estar en compañía de Stalin y Hitler y Mussolini, que hicieron exactamente lo mismo”. 1984 no está interesado en la democracia, la odia, quiere ser el gran hermano y el gran dueño y que todo mundo sea esclavo.
“¿Qué es lo que tengo qué hacer?”, pensó, primero hay que hacer que la gente sea ignorante. “¿Cómo logramos que la gente sea ignorante?” Pues se destruyen todas las instituciones que pudieran ser un reto a su propio poder, y si no se pueden destruir entonces le dices a la gente: “Ellos son tus enemigos”. Y lo otro que hizo es usar el poder que tiene el gobierno para crear los libros más estúpidos y locos que son obligatorios en la educación primaria y tener a Marx Arriaga que se hace cargo de esto, como Stalin y Hitler que también tuvieron a estos intelectuales involucrados para darles una educación “pertinente” de acuerdo a la forma de pensar del líder máximo. Así que Obrador encaja perfectamente en la figura del clásico fascista contemporáneo.
Su libro es un llamado a recuperar al arte de ser humanos, pero el mundo es muy violento
Mi libro es una plegaria constante para que entiendan que nuestra verdadera identidad no se basa en los hechos de qué nos hace diferentes. Tu religión, mi religión, tu nacionalidad, mi nacionalidad, tu género, mi género —o el transgénero—, tu política, mi política; eso de porque tú no eres de los míos, entonces eres el enemigo y te odio. Nuestra verdadera identidad se basa en el hecho de que todos somos seres humanos, que todos podemos vivir en la verdad, en hacer justicia, crear belleza, tener compasión; todos podemos hacer esto, ya sea en Gaza, en Shangai, en Jerusalén, donde sea, y esta idea, que es una idea fundamental del humanismo europeo, protege la unidad de la humanidad. Entonces, cuando olvidamos esos valores fundamentales se reducen nuestras pequeñas identidades a estupideces.
Esta sociedad está creando una generación de chicos que se están convirtiendo en robots. Y los robots son convenientes porque no hacen preguntas críticas, son bastante efectivos para la economía, y cuando se tiene un presidente demagogo como el que tienen ahorita ustedes... aquí los robots vendrán a ustedes.
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